Cuba después de Fidel

AutorHéctor Tajonar

Con el deceso de Fidel Castro termina una era de la historia no sólo de Cuba sino de toda América Latina. Tras la muerte del caudillo, la incertidumbre acera del futuro de la isla se acrecienta, sobre todo después de la victoria de Do-nald Trump. Se romperá de tajo el poder suave utilizado por Barack Obama al reanudar las relaciones diplomáticas con el país caribeño, apoyado por el Papa Francisco.

La obsesión del imperio de acabar con la autocracia comunista de Castro comenzó con la fallida invasión de Bahía de Cochinos en abril de 1961, organizada por tropas de cubanos exiliados entrenados por la CÍA, y continuó durante más de cuatro décadas a través de diversas tácticas, incluidos unos 600 atentados frustrados contra su vida.

En octubre de 1962 ocurrió la Crisis de los Misiles. Durante 13 días el mundo se estremeció ante la posibilidad de que estallara una guerra entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que había instalado misiles nucleares en Cuba. John F. Kennedy ordenó el despliegue de barcos y aviones de guerra en el mar Caribe. Tras una enorme tensión y múltiples negociaciones, Nikita Jrushchov le propuso al presidente estadunidense desmantelar las bases soviéticas en Cuba a cambio de que se desmantelaran las bases estadunidenses situadas en Turquía, además de la garantía formal y pública de que Estados Unidos no realizaría ni apoyaría una invasión al territorio cubano. La propuesta fue aceptada.

Sin embargo, la agresión contra la isla continuó con la ocupación de la Bahía de Guantánamo, así como con el bloqueo comercial, económico y financiero contra la isla, iniciado en 1960 y que se endureció aún más a partir de 1996 con la prohibición de que ciudadanos, empresas o filiales extranjeras de corporaciones estadunidenses realizaran negocios o inversiones en Cuba. Sumado al bloqueo, el derrumbe de la Unión Soviética en 1989 tuvo un efecto terrible en la economía cubana, apenas paliado dos décadas después por el envío de petróleo de Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez.

¿Qué futuro se vislumbra para Cuba después de la muerte del líder supremo de la revolución de 1959, quien durante 47 años dominó todos los aspectos de la vida de los cubanos, desde la economía, la educación y la política exterior hasta lo que podían -y, sobre todo, no podrían- leer, escuchar en la radio, ver por televisión o consultar en internet? ¿Qué puede esperarse de una transición que comenzó desde la década de los 90 -con la paulatina pérdida de control...

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