Cuba y Estados Unidos: un juego nuevo

AutorRafael Hernández

Ninguna de las dos partes está adiestrada para lidiar con un adversario, sino con un enemigo. El éxito de cada cual, en un escenario de acercamiento, dependerá de su capacidad para adquirir ese conocimiento y transformarlo en política real.

¿Qué pierde y gana Estados Unidos en un diálogo-negociación con Cuba?

Los costos consisten en afrontar resistencias creadas en los poderes establecidos y las camarillas de la derecha radical, incluido el segmento extremista de la élite cubano-estadunidense; en reconocer de jure al régimen cubano, después de ignorarlo por medio siglo; en sujetar los intercambios con la isla a un acuerdo recíproco, en lugar del clásico unilateralismo ejercido hacia abajo del hemisferio.

Los beneficios serían responder a una constituency de intereses de negocios -agroindustriales, turísticos, de transporte aéreo y marítimo, de productos biomédicos, de servicios de salud, de educación superior, deporte, entretenimiento, petroleros, etcétera-; liberar al empresariado cubano-estadunidense, rehén de la política establecida, para expresarse y organizarse en apoyo al estrechamiento de vínculos; facilitar, con el levantamiento del embargo, que las corporaciones nacionalizadas en 1960 puedan reclamar las indemnizaciones pendientes, según la ley cubana; eliminar un punto de discordia, creado por la Ley Helms-Burton, con América Latina y los países industrializados en torno a la libertad de comercio; distender la confrontación en los organismos multilaterales; mejorar el flujo informativo bilateral, mediante el intercambio acordado de programas de radio y TV, la conexión al cable de fibra óptica, el establecimiento del correo directo, telefonía e internet; consolidar la estabilidad de los acuerdos migratorios, evitar el flujo desordenado o ilegal, precaver las crisis; acordar formalmente la cooperación en la intercepción del narcotráfico, la seguridad naval y aérea, la coordinación entre militares y guardacostas; colaborar en control de epidemias, protección de especies, prevención de huracanes, preservación del medio ambiente compartido, entre otros.

¿Qué gana y pierde Cuba en un acercamiento con el Norte?

El primer beneficio, implícito en el reconocimiento al gobierno cubano que entraña la normalización de relaciones diplomáticas, se expresa en términos de la independencia, soberanía y autodeterminación del país. El fin de la hostilidad reduciría el alto costo en materia de seguridad y defensa, y el lastre sobre el desarrollo...

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