Las cuentas pendientes de Carlos Ahumada en México

AutorRaúl Monge

Eran los primeros días de 2004 y el entonces dueño de Grupo Quart y del periódico El Independiente había decidido quitarse la máscara de empresario de izquierda, "de convicción democrática y pluralista", para lanzar una amenaza directa a quien lo había marginado de las obras de construcción del Distribuidor Vial de San Antonio, en mayo de 2003.

"Haré todo lo que sea necesario para que este güey no llegue (a la Presidencia de la República). Le conozco todas, la gente está engañada con él, no es lo que parece. Nadie se imagina lo que este hombre tiene al lado, la gente que lo rodea... Yo sí. Son corruptos que se venden por dos pesos. López Obrador es el peor de todos los hipócritas y yo lo voy a mostrar tal cual. Después de todo soy dueño de un diario ¿no?"

Más tarde, el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal le congelaría los pagos a sus empresas tras descubrir sus intenciones de enquistarse como contratista hasta 2005, al menos en las delegaciones Tláhuac y Álvaro Obregón, donde sus empresas llegaron a concentrar casi 70% de la obra pública durante la administración que se inició con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y terminó con Rosario Robles en el gobierno capitalino.

La declaración de guerra surgió en una plática que Carlos Ahumada sostuvo con la periodista argentina Olga Wornat. Publicada en la revista Poder, que se edita en la ciudad de Miami, en dicha entrevista hizo manifiesta su honda animadversión hacia el jefe de Gobierno. Cuando la periodista le preguntó si le gustaría que Andrés Manuel López Obrador fuera presidente de México en 2006, contundente afirmó: "No me gustaría nada. Sería lo peor que le pudiera pasar a México. Lo veo como un demagogo, populachero, obsesionado por el poder y por querer ser presidente. Eso se nota, y mucho (...)".

En la fecha en que se produjo esa plática "amistosa" con la periodista argentina, Carlos Ahumada ya tenía preparado parte del material mediático que utilizaría el primer día de marzo de 2004 con el propósito de descarrilar y, de ser posible, aniquilar el proyecto político de López Obrador para la elección federal de 2006.

De acuerdo con evidencias documentales y testimonios consultados por el reportero, el empresario argentino comenzó a armar la primera parte de su estrategia en enero de 2003, durante el proceso de selección interna de los precandidatos del PRD que pretendían disputar un escaño en la Cámara de Diputados y en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, así como cada una de las 16 jefaturas de-legacionales en los comicios del 6 de julio.

En ese entonces, Rosario Robles tenía el mando del PRD en el país y Carlos Ahumada ya se había vuelto su sombra, casi no se le despegaba y tenía, incluso, derecho de...

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