Cuestionan a Wyman como utor de la imágenes del 68

AutorJudith Amador Tello

Ahora, luego haber comenzado a reorganizar el archivo de su padre, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (1919-2013), Javier Ramírez Campuzano rompe el silencio para señalar que Wyman fue solamente un "brazo ejecutor" y no "un cerebro creador", a quien los organizadores y autores del programa de diseño de identidad de los Juegos Olímpicos de México, invitaron a participar sin haber sido nunca parte del equipo director del programa.

No sólo se ostenta como el autor del logo, se ostenta como el creador de todo un programa de diseño en el cual él no tenía decisiones.

El también arquitecto explica vía telefónica que el programa de identidad de México tenía una función y unos objetivos, eran la paz y la convivencia en un mundo tan convulsionado y radicalizado como el de hoy, para que los jóvenes vinieran no sólo a competir:

Para eso se desarrolló todo un programa cultural, acuérdese de la palomita de la paz, todo iba enfocado a eso, son propósitos del ideal olímpico con el humanismo mexicano.

Su padre, dice, tenía su propia ideología que era darle una expresión contemporánea a los valores mexicanos y de ahí derivó todo un lenguaje gráfico. Se planteó crear un símbolo que contuviera en un solo elemento el lugar (México), la fecha (68) y el evento (los aros olímpicos).

Cuenta que desde octubre de 1966, dos años antes de la olimpiada, ya estaban definidos, acordados, delineados y decididos los objetivos del programa gráfico y cultural. Ramírez Vázquez encabezaba el equipo en el cual participaban el Mathias Goeritz, Luis Abelleira, Alfonso Soto Soria, Beatrice True-blood y en la coordinación el arquitecto Eduardo Terrazas.

Fue a instancias de Terrazas que Wyman se incorporó al equipo. Era entonces colaborador del despacho del diseñador George Nelson. Llegó a nuestro país entre diciembre de 1966 y enero de 1967:

"En México solamente había una escuela de diseño que era la Iberoamericana pero estaba más enfocada al diseño industrial, no había diseñadores gráficos y había que apoyar el trabajo con 'chamberos' y gente que no fuera necesario capacitar. Por eso Eduardo Terrazas trajo algunas gentes del despacho de Nelson que estaba en Nueva York, entre ellos Lace Wyman.

"A esta persona se le trae para ser un brazo ejecutor, no un cerebro creador. ¡Vamos! Es difícil que alguien de fuera y en tres semanas defina todo un programa de identidad, cuando no conoce ni la cultura mexicana, ni el idioma, ni se ha imbuido en todo esto."

Además las decisiones se...

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