La cultura importa

AutorHéctor Tajonar

Cultura es lo que nos hace ser lo que somos como individuos y como nación. Somos lo que pensamos, sentimos, escuchamos, comemos, vemos, acariciamos, leemos, amamos, sabemos, deseamos, imaginamos, soñamos; nos define la memoria viva de lo que hemos gozado o sufrido. A través de la cultura desarrollamos nuestras capacidades específicamente humanas: la inteligencia, la imaginación creadora, el raciocinio, la sensibilidad estética, la abstracción, el conocimiento de nosotros mismos, de nuestros semejantes, de la naturaleza y el cosmos, la facultad de amar, así como la libertad, voluntad y responsabilidad para lograr -o frustrar- lo que queremos llegar a ser. Y algo que alimenta a todo lo anterior: la capacidad de asombro. (En el prodigioso cuento Tlón, Uqbar, Orbis Tertius, Borges valora más el asombro que la verdad.)

En devenir continuo, nuestro ser personal y nacional están constituidos por nuestro pasado, por nuestra historia. "Una nación es un alma, un principio espiritual", nos dice Ernest Renán en su célebre conferencia ¿Qué es una nación?, dictada en La Sorbona de París en 1882. Esa alma, conformada por la fusión indisoluble de pasado y presente, "es la posesión de un rico legado de recuerdos" sumada al consentimiento y deseo de vivir juntos, "la voluntad de hacer valer la herencia que se ha recibido". Ese principio espiritual es la fuente de la cultura de cada nación. Por eso Alfonso Reyes adoptó como divisa y constante prédica para la juventud del país la búsqueda del alma nacional, propósito en el que fue secundado por Octavio Paz: "Aparte de esa radical fidelidad al lenguaje que define a todo escritor, el mexicano tiene algunos deberes específicos. El primero de todos consiste en expresar lo nuestro. O para emplear palabras de Reyes: buscar el alma nacional".

La idea de la cultura como el alma, espíritu o sabiduría de los pueblos, las naciones y la humanidad entera tiene una ilustre tradición que en Occidente se remonta a la paideia griega e incluye a pensadores como Vico, Herder, Voltaire, Schelling, Dilthey, Steiner o Fumaroli. Dicho concepto es el fundamento de la Constitución de la UNESCO aprobada el 16 de noviembre de 1945, en la que se establece: "La amplia difusión de la cultura y la educación de la humanidad para la justicia, la libertad y la paz son indispensables a la dignidad del hombre y constituyen un deber sagrado que todas las naciones han de cumplir con un espíritu de responsabilidad y de ayuda mutua". Dicho documento...

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