Se cumplió el peor escenario: crisis humanitaria

México está hundido en una crisis humanitaria, reflejo de un proceso sistemático de aniquilación y desaparición de personas perpetrado por bandas criminales y distintos órganos de gobierno, como quedó evidenciado en el ataque a los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en Guerrero, que hoy atormenta al país.

La afirmación la sustenta el doctor Arturo Alvarado Mendoza, sociólogo de El Colegio de México (Colmex), autor de El tamaño del infierno, estudio de la criminalidad en México:

"Vivimos un proceso de exterminio y de desaparición constante de personas por miembros del crimen organizado, que en el caso particular de la desaparición forzada de los 43 normalistas en Iguala, y el asesinato de seis personas más, contó con la participación probada de policías municipales bajo la orden del exalcalde prófugo (José Luis Abarca), muestra de que estamos en una situación mucho más crítica: una crisis humanitaria.

"Esta cuestión de la violencia política emerge como el problema central: autoridades que cometen delitos, pero que además son parte de organizaciones criminales y usan al Estado para los intereses de éstas. Eso no lo habíamos visto en décadas. No de forma tan extrema", dice a Proceso el investigador, especializado en seguridad pública y Estado d e derecho.

Esta crisis, explica, es producto de un "fenómeno criminal" sin freno. Habla con dolor de masacres, ejecuciones extrajudi-ciales, desapariciones forzadas, encierros clandestinos, desintegraciones de personas, feminicidios, tormento a adultos y niños migrantes, decapitaciones, extorsiones, tortura y complicidades desde distintos puntos del poder. "Y no ha habido una autoridad que realmente tome cartas cabales en el asunto. Tenemos un terrible problema de incapacidad en la procuración de justicia. Ahí está el problema de fondo de la crisis humanitaria".

"Tenemos un Estado incompetente. Hoy lo que vemos es que muchos de los actos criminales no son entre las mismas bandas criminales o contra el Estado, sino contra la sociedad: por extorsiones, para venderle drogas, para controlar territorios... Y el Estado no está haciendo nada", lamenta Arturo Alvarado.

En las torpezas del gobierno, la búsqueda de los normalistas no ha arrojado otra cosa que la aparición de decenas de fosas clandestinas tan sólo en las inmediaciones del municipio de Iguala, que han visibilizado un problema que suma más de 400 fosas similares desde el año 2007, replicado el horror en 24 estados del país.

"Una bomba explosiva que tiene la PGR es que le aparecen fosas clandestinas por todas partes. Es una cosa dramática. Estamos hablando de desapariciones sistemáticas, de asesinar, masacrar y deshacerse de un número todavía desconocido...

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