Cunde la "epidemia" que quiere salvar el planeta

AutorYetlaneci Alcaraz

BERLÍN.- Alegres, por no decir eufóricos, los 22 niños portan carteles que ellos mismos hicieron. En corrillos de entre dos y tres avanzan tomados de la mano. Todavía no son las 10:00 horas y el frío del invierno aún cala, pese al brillante sol que ilumina la capital alemana. Gorros, guantes y bufandas parecen, sin embargo, estorbarles ante el desbordante ánimo y la caminata de medio kilómetro que hacen desde su escuela hasta el punto de reunión.

Todos son alumnos de quinto año de la primaria pública Neues Tor (Puerta Nueva). Tienen entre 10 y 11 años y no van a un museo o a alguna clase extramuros. Con el permiso de sus padres estos niños se van "de pinta" y acuden al llamado juvenil que por estos días cimbra a toda Europa: huelga escolar para proteger el clima.

Es viernes 15 y en el Invalidenpark de esta ciudad ya hay más de 600 estudiantes de primaria, secundaria, preparatoria y universidad. También hay madres jóvenes con sus bebés. Poco a poco van llegando más y más personas.

Por el altavoz Luisa Neubauer, una de las caras visibles del movimiento, agradece a todos su asistencia. El ánimo se prende al grito colectivo de "¡Estamos aquí y somos ruidosos porque ustedes están robando nuestro futuro!", que se ha convertido en la consiga de los jóvenes alemanes.

Los pequeños de la primaria Neues Tor llegan en este momento. Se suman a las consignas y orgullosos levantan los carteles que durante sus ratos libres prepararon la semana previa: "¡Atención: la tierra se derrite!", "Protejamos el medio ambiente", "¡No quiero vivir en Marte!".

"Estamos aquí para protestar porque queremos un mundo mejor y para ello se tiene que proteger el clima", asegura convencida Carlota, de 10 años.

A sólo unos metros Moritz observa también con entusiasmo lo que ahí ocurre. Le asegura a este semanario que es la primera manifestación en la que participa. Y a diferencia de los pequeños, sus padres no tienen idea de que este viernes faltó a clases. "El fin de semana tengo un viaje y me daba un poco de miedo su reacción cuando les dijera que hoy vendría aquí. No quiero que me cancelen la salida", confiesa el adolescente de 15 años.

El discurso de Moritz es menos general que el de los niños de la Neues Tor: "No estoy de acuerdo con la política alemana en materia ambiental. Nuestro gobierno tarda mucho en tomar decisiones y el mundo no aguanta. Primero habían planteado terminar definitivamente con el uso de carbón para el 2030, pero hace unos días decidieron que sería...

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