Cuotas versus paridad

AutorMarta Lamas

En otros países se reconoce que el proceso para lograr igualdad entre los sexos es más complejo de lo que se pensaba y que las medidas del Estado deben ser más radicales. Por eso hoy, para garantizar una proporcionalidad que refleje la composición demográfica -mitad mujeres y mitad hombres- se recurre a la representación paritaria. La paridad quiere decir que así como el mundo social está dividido en hombres y mujeres, de la misma manera los espacios de toma de decisiones deberán estarlo. Esto no significa que las mujeres van a ser portavoces de las demandas femeninas y los hombres de las masculinas, sino que ambos sexos deberán tratar conjuntamente todos los temas que afectan a la sociedad.

La reivindicación de la paridad apareció a finales de los años ochenta, cuando los Verdes (nada que ver con el partido que lleva ese nombre en México) propusieron listas paritarias en las elecciones europeas. Poco después, la OCDE realizó el estudio Las mujeres y el cambio estructural (1991), con el cual mostró que la escasez de mujeres en puestos de dirección es un freno al desarrollo económico. Así, a partir de un análisis de la situación económica, cobró importancia la composición "mono-sexuada" de los lugares de poder político. La Comisión Europea organizó una cumbre, a la que asistieron ministras y exministras europeas, donde se analizó el déficit que supone la ausencia de mujeres en la toma de decisiones políticas y se acuñó el término "democracia paritaria". La cumbre declaró: Las mujeres representan más de la mitad de la población. La igualdad impone la paridad en la representación y la administración de las naciones.

A nivel informal, el concepto de paridad se esparció como reguero de pólvora entre las feministas europeas. Pero fueron las francesas quienes asumieron el desafío de volverla una realidad constitucional. Una historiadora estadunidense, Joan Scott, ha investigado el interesante proceso que se desarrolló en Francia y que culminó con la aprobación de la paridad por la Asamblea Nacional. Pretender corregir con una ley una desigualdad histórica provocó durísimos debates en una sociedad donde el igualitarismo republicano se opone a las cuotas.

No es fácil historiar el presente. Sin embargo, en su libro Parité!, Scott logra mantener la distancia crítica necesaria para realizar un trabajo de gran riqueza conceptual sobre un movimiento político en acción. Estudiosa de Francia, conoce las preocupaciones de esa sociedad y recupera el sentido...

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