Un cura pederasta de Coahuila, protegido por jerarcas católicos

AutorRodrigo Vera

En 2015, aún como rector del Seminario Menor de la diócesis de Piedras Negras, Coahuila, Juan Manuel Riojas Martínez abusaba sexualmente de su estudiante Javier Calzada Tamez, entonces de 16 años y quien denunció ese abuso ante las autoridades eclesiásticas. Al comprobar que éstas protegían al sacerdote, el joven acudió este año a la Procuraduría General de Justicia de Coahuila, donde denunció penalmente tanto al pederasta como al obispo de Piedras Negras, Alonso Gerardo Garza Treviño, por considerarlo encubridor.

Estos hechos ocurren en un entramado de encubrimiento eclesiástico de muy alto nivel, en el que participan el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera; el nuncio apostólico en México, Franco Coppola; y algunos sacerdotes subalternos. Todos conocían los atropellos de Riojas Martínez, conocido como el padre Meño, y aun así permitieron que se fugara.

En entrevista, Calzada Tamez, ya de 18 años y quien acaba de abandonar sus estudios en el seminario, relata paso a paso los atropellos que sufrió, así como las artimañas y presiones de la Iglesia con que intentaron acallarlo. De entrada, detalla que entre marzo y julio de 2015 el padre Meño lo obligaba a entrar a su habitación para cometer ahí sus abusos sexuales, valiéndose de su autoridad como rector del seminario.

Cuenta el hoy exseminarista: "La primera vez que el padre Meño abusó de mí fue el 23 de marzo de ese año, día de su aniversario sacerdotal. Me ordenó que le llevara a su cuarto una casulla. Él estaba ya ahí... esperándome... y andaba tomado.

A partir de entonces usó varios pretextos para jalarme a su recámara; en una ocasión me pidió que le llevara su teléfono celular; en otra, un jarro de agua... Llegó el momento en que me asignó un cuarto al lado del suyo para tenerme cerca. Ahí también abusó de mí.

-¿Y mientras estudiabas ahí, nunca le informaste al obispo?

-No. Tenía mucho miedo de que el padre me corriera del seminario. También pensaba que quedaría como un mentiroso que sólo le levantaba falsos al rector y que más bien él me culparía a mí.

"Al único a quien entonces llegué a confesarle estos abusos fue a mi director espiritual, el padre Jesús Martínez Compeán. Pero él me decía que lamentablemente el seminario no tenía una estructura para afrontar este tipo de situaciones."

Del Seminario Menor de Piedras Negras el adolescente pasó a estudiar al Seminario Mayor de la arquidiócesis de Monterrey. Fue ahí donde, a mediados de diciembre de 2016 -más de un año después de los...

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