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Vincent

Fotos Diego Gallegos

MÉXICO.- Si a Cenicienta le sirvió calzarse un zapato para ser reconocida por su enamorado, a Niurka lo que mejor le sirvió fue enseñar el chicharrón en el Centro Cultural Telmex Teatro 2.

Semesienta, la princesa interpretada por la cubana, fue recordada por su príncipe azul, gracias a que se probó un brasier a la vista de todos.

Como el vestido le estorbaba, y los asistentes esperaban que la cubana repitiera su hazaña en la presentación de la obra en Sonora, Semesienta se despojó del vestido para enseñar que ni la gravedad puede con sus curvas.

El lugar se llenó de chiflidos y de calentura, los cuales aumentaron cuando Luis de Alba, quien encarnó al Príncipe, sumergió la cara en el pecho de la mujer.

No fue la única vez que a Semesienta se puso en aprietos, pues durante la mitad de la obra, las hermanastras malvadas: Panocha y Berenjena (El JJ y Homerito, respectivamente) le metieron mano.

La del nombre peludo aprovechó que la protagonista estaba de espaldas y en el suelo para hablar con las posaderas de Semesienta, quien lloraba porque le habían roto el vestido.

"Mírate, nada más con ese pedorraje, con ese pedorraaaje, con ese ped...", balbuceó Panocha, momentos antes de darle a su carnosa criada unas nalgadas que más bien parecía sobadera.

Lo que hizo dudar de la sexualidad de la ejecutora fue que...

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