Para la DEA, una presa perdida

AutorJ. Jesús Esquivel

WASHINGTON.- Desde losaños ochenta del siglo pasado, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, aparecía en los informes de la Administración Federal Antidrogas (DEA) como un narcotraficante "muy peligroso", astuto y de bajo perfil, pero también como el responsable de los enlaces del Cártel de Guadalajara con las bandas criminales de Colombia para traficar cocaína a Estados Unidos.

La DEA quería vivo o muerto al narcotraficante oriundo de Sinaloay ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares a quien le proporcionara información para capturarlo. Jamás lo consiguió; El Azul presuntamente murió hace días de un paro cardiaco y se libró de una eventual captura, el correspondiente proceso de extradición y quizá de terminar en una prisión estadunidense.

Tras la disolución del Cártel de Guadalajara después que el 7 de febrero de 1985 sus integrantes secuestraron y posteriormente torturaron hasta la muerte, al agente de la DEA asignado a la capital de Jalisco, Enrique Kiki Camarena, Esparragoza se volvió aún más cauteloso y, con varios paisanos sinaloenses, formó un cártel más poderoso: el de Sinaloa.

Ya en la década de los noventa, según los más de 30 encausamientos judiciales interpuestos contra él en varias cortes federales de Estados Unidos, era una especie de fantasma que se encargaba de las relaciones de la organización sinaloen-se con el capo más poderoso del mundo en ese entonces, el colombiano Pablo Escobar Gaviria.

Junto a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, e Ismael Zambada García, El Mayo, entre otros cabecillas del Cártel de Sinaloa, El Azul fue una pieza clave para meter cocaína colombiana a México y posteriormente -incluso en colaboración con los cárteles de Tijuana, del Golfo y de Juárez, entre otros-para pasar la droga por la frontera norte.

Siempre en segundo plano en comparación con otros capos mexicanos, El Azul fue difícil de cazar. Ya fuera por la corrupción en el gobierno y en las corporaciones policiacas de México o por la falta de voluntad de las autoridades para capturarlo, la Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos tuvieron que crear una nueva estrategia.

El 3 de diciembre de 1999, el entonces presidente de Estados Unidos, William Clinton, promulgó la legislación conocida como Kingpin Act, con la cual Washington comenzó a mermar el poder del Azul.

La Kingpin Act, que sigue vigente, tiene como objetivo "negar a narcotraficantes significativos, a sus negocios y a sus operadores el acceso al sistema financiero de Estados...

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