La debacle de la Alameda

En la Colonia fue el sitio de recreación de la alta sociedad. Con la Independencia se alzó como una de las áreas preferidas para actos oficiales. Poco antes del fin del siglo 19 sirvió para probar las ventajas de la energía eléctrica. Hoy, su papel histórico es el de un paseo donde convergen casi todos los males urbanos.

En la Alameda Central hay drogadicción, indigencia, corrupción policial, asalto a mano armada, ambulantaje anárquico, afectación de áreas verdes, destrucción de patrimonio histórico, prostitución, abuso sexual, consumo de alimentos lavados con agua de riego, juegos de apuesta, proyectos gubernamentales abandonados, una acumulación de basura con un costo de 42 mil pesos diarios y defecación al aire libre.

Los cerca de 80 mil metros cuadrados de La Alameda -fundada en 1593 a iniciativa del octavo Virrey de Nueva España, Luis de Velasco- son un microcosmos del DF o, al menos, un plano a escala de muchas de las cosas que el DF quisiera dejar de ser.

Emma González, joyera del lugar, dice que los más de 50 elementos del Agrupamiento 72 de la Policía Auxiliar que a diario vigilan el parque están coludidos con los asaltantes y apostadores de "¿dónde quedó la bolita?".

"Falta seguridad, los policías ni andan aquí y los que andan les piden 'la corta' a los delincuentes, se arreglan con los rateritos. La policía agarra a los de la bolita y se vuelven otra vez a poner.

"También se ven gitanos, empiezan con que te leen la mano y te roban, te atracan cuando no hay luz", dice Emma.

Los policías, relajados, se lustran las botas, conversan con chicas paseantes, comen garnachas y bromean a lo largo y ancho de la plaza.

Gerardo García, heladero a la salida de Metro Hidalgo, dice que los ladrones -hecho inédito- han comenzado a robar a los vendedores del lugar.

"Hace ocho días a mi hermana Silvia, que vende junto a la fuente, la atracaron. Pasaron varios chavos, de esos que salen del Reclusorio y que vienen por aquí, y se les hizo fácil mi hermanita", comenta.

Unos 20 niños de la calle, muchos de los cuales, según la Delegación Cuauhtémoc son ya adultos, se colocan día y noche junto al Monumento a Beethoven, del Pasaje Angela Peralta.

"Por el ambiente que crean los muchachos de la calle la gente ya no está viniendo", añade Gerardo.

Y Mariana Benítez, lectora del...

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