Donde ya debería imperar la justicia gobierna el narco

AutorEzequiel Flores Contreras

CHILPANCINGO, GRO.- Iguala, la ciudad donde hace cuatro años fueron agredidos por las autoridades municipales los estudiantes de la normal rural Isidro Burgos y desaparecieron 43 de sus compañeros, es considerada por el gobierno federal como la cuna de Guerreros Unidos.

Ese inhóspito entorno, marcado por la incesante violencia que generan los integrantes de ese grupo criminal, marcó al gobierno de Enrique Peña Nieto y lo arrastró a una explosiva crisis política y social, pues exhibió la impunidad con la que operan los sicarios y sus nexos con algunas autoridades estatales y municipales, de acuerdo con un documento oficial consultado por Proceso.

El caso de los estudiantes de Ayotzinapa es uno de los más oprobiosos de la saliente administración peñanietista y ha tenido una amplia repercusión internacional. La captura en junio de 2016 de Víctor Hugo Benítez Palacios, uno de los integrantes de Guerreros Unidos, provocó una división en esta banda criminal; un año antes de su captura fue detenido en la Ciudad de México su primo Alejandro Palacios Benítez, quien está relacionado con las investigaciones por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa el 26 y 27 de septiembre de 2014 y por la de ocho jóvenes en el municipio de Cocula el 1 de julio de 2013.

Actualmente una facción de Guerreros Unidos la controla la familia Benítez Palacios, afincada en la cabecera municipal de Iguala y en Teloloapan. A sus seguidores se les identifica como Los Tilos o Los Peques. La otra, la controla el grupo Gente Nueva y su líder es un expolicía municipal identificado como El Muñeco, replegado en el municipio de Huitzuco, Tepecoacuilco y en la zona del Alto Balsas, según los reportes oficiales.

Los hermanos de Víctor Hugo -Osiel, Reynaldo, Salvador y Mateo- continúan operando al amparo de las autoridades de los tres niveles y del Ejército. Son ellos los que convirtieron la histórica ciudad de la zona norte en un cementerio clandestino y centro de acopio de drogas que se distribuyen en la ciudad de Chicago, Illinois, en Estados Unidos, según refieren los informes consultados por el corresponsal.

La impunidad es tal en Iguala que los principales negocios del exalcalde perre-dista José Luis Abarca Velázquez y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa -quienes desde noviembre de 2014 están presos y enfrentan procesos por crimen organizado, enriquecimiento ilícito, secuestro y homicidio- siguen funcionando con normalidad.

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