El dedazo de Televisa

AutorJesús Cantú

Durante el priismo, las televisoras fueron muy útil instrumento para modelar una opinión pública favorable al régimen autoritario; como fieles “soldados del presidente”, como alguna vez señaló Emilio Azcárraga Milmo, obedecían ciegamente sus instrucciones y, por lo mismo, ocultaban, manipulaban o inventaban información para beneficiar al gobernante en turno.

En el primer gobierno de la alternancia, la relación tuvo cambios importantes, aunque no en lo sustancial, ya que Fox entendió, incluso desde antes de ser candidato a la Presidencia, que requería del apoyo de las televisoras, primero para ganar la elección, y después para gobernar. Únicamente así pueden entenderse las concesiones y consideraciones que tuvo con los dos integrantes del duopolio, que fueron desde la tolerancia con TV Azteca ante la ilegal toma de las instalaciones de Canal 40 y el apoyo que le brindó para que se quedara con la concesión, hasta el famoso decretazo del 2 de octubre de 2002 –que redujo a una décima parte los tiempos fiscales– o el otorgamiento de varias decenas de permisos para que Televisa instalara casas de juego por todo el territorio nacional.

Y por el adelanto del libro de Montiel, publicado la semana pasada en Proceso, Fox también utilizó a Televisa para entrometerse en la designación del candidato priista a la Presidencia de la República, pues veía en Roberto Madrazo un candidato cómodo para cualquier aspirante blanquiazul, como finalmente resultó.

Sin embargo, de ser cierto el testimonio de Montiel, Televisa rápidamente aprendió la lección y en el presente sexenio –el segundo de la alternancia– ya operó por su cuenta, no siguiendo instrucciones presidenciales, sino obedeciendo únicamente a sus instintos e intereses. Y quizá quien primero le mostró el camino a Televisa fue el mismo Montiel, pues hay que recordar que el primer candidato de la televisión, de principio a fin, fue precisamente el delfín de Montiel: Enrique Peña Nieto.

Desde que Montiel designó a Peña Nieto como candidato tricolor a la gubernatura del Estado de México, Televisa se hizo cargo de la imagen de éste, primero para que ganara las elecciones estatales, y, después, para proyectarlo hacia la candidatura priista a la Presidencia de la República en 2012. Y, hasta hoy, las encuestas de preferencia electoral muestran que lleva una amplia ventaja sobre el resto de los contendientes, tanto internos como externos.

Pero a pesar de que las lealtades –de Peña Nieto con Televisa y de ésta con...

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