Dejan abandonado Museo de la Policía

En total abandono permanece actualmente el Museo Policial de la Secretaría de Seguridad Pública, inmueble que registraba la historia completa de la Policía Preventiva del DF.

Como si se tratara de una broma de humor negro, el recinto destinado a recordar la evolución y hazañas de la Policía durante más de un siglo está olvidado y descuidado, no obstante diversas guías turísticas lo registran en remodelación.

Así lo demuestra la capa de polvo que cubre los coches bomba que tenía el Cuerpo de Bomberos a principios del Siglo XX, y que todavía permanecen a la entrada del inmueble del Museo Policial, ubicado en Victoria 82 esquina Revillagigedo, en la Colonia Centro.

El edificio que albergó también la Casa de Cultura y Centro Social de la Policía tiene al menos 3 años de mantener sus puertas cerradas, sin que la Secretaría de Seguridad Pública informe cuáles son los avances en el proyecto para renovar las salas de exposición.

Sin embargo el hecho no es algo nuevo para las memorias policiales, que durante 5 décadas debieron cambiar igual número de veces su sede.

Pocos lo recuerdan, pero el primer museo de la Policía capitalina se instauró en 1955, cuando Ernesto P. Uruchurtu era el regente del entonces Departamento del Distrito Federal.

Inició su nombre como Museo de Criminología y fue instalado en el edificio de la entonces Escuela de Policía, ubicado en Obrero Mundial y Cuauhtémoc, donde también estaba la Octava Delegación.

El material que se exhibía en ese edificio fue coleccionado durante casi 20 años por dos elementos de la entonces Inspección General de Policía, explica Luis Bravo de la Cruz, cronista de la Policía.

Agrega que la idea de tener un museo que reuniera pruebas de crímenes, fotografías y materiales que mostraran la evolución de la Policía fue concebida en 1926 por dos uniformados, llamados Manuel Vázquez G. y Bonifacio Bravo Alvarado.

"Tenían una inquietud de realizar un museo criminalístico que mostrara cómo la delincuencia atacaba a la sociedad, eso le pareció formidable al general Roberto Cruz, entonces jefe de la Policía", explica Bravo de la Cruz.

Fue 19 años después de ideado cuando el llamado "regente de hierro" autoriza su establecimiento, e inicia la historia del museo.

En ese primer museo sus visitantes pudieron admirar piezas como el par de esposas con las que la policía sujetó al famoso Tigre de Santa Julia cuando fue detenido, o el piolet que utilizó en 1940 Ramón Mercader para asesinar a León Trotsky, jefe del...

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