Dejan huella heroínas patrias

A 210 años del Grito de Dolores, el banderazo simbólico de la Guerra de Independencia, México tiene un homenaje pendiente a las mujeres íntegras y valientes que pusieron sus vidas en riesgo por el bando insurgente.

"Los historiadores sí tenemos una deuda profunda con las mujeres y niños de esa época", explica la historiadora Guadalupe Jiménez Codinach, estudiosa del periodo.

Las historiadoras Jiménez Codinach y Anne Staples, y el historiador Juan Ortiz Escamilla, develan la vida de tres mujeres que se impusieron a un momento de gran opresión masculina: Leona Vicario, Josefa Ortiz y Gertrudis Bocanegra.

LA INDEPENDIENTE LEONA VICARIO

La historiadora Anne Staples, investigadora de El Colegio de México, ha estudiado a Leona Vicario desde 1974, cuando escribió un libro biográfico que lleva por título el nombre de la insurgente.

A finales de este año publicará el volumen ¿Dónde estás? ¿Qué haces, Leona Vicario?, en el que expone lo que se sabe sobre la figura histórica.

"Hay un hueco bastante grande en su vida", reconoce Staples sobre la conspiradora y benefactora económica de la causa insurgente. Por fortuna, explica, algunas cosas son muy claras, como su inquebrantable voluntad política que no estuvo subordinada a ninguna asociación con un hombre.

"Ella decidió, por sus propias pistolas, que se apuntaba con la Independencia y, en la época, es admirable, porque no era tan fácil que una mujer tomara una decisión de ese tamaño por sus propias pistolas", expresa.

Vicario (1789-1842) fue hija de un padre acaudalado por negocios mineros, pero que falleció cuando ella era muy joven, al igual que su madre.

Educada por institutrices, se sabe por su biblioteca -plena de libros en francés- que fue una mujer de gran cultura, que además, señalan Staples y Jiménez Codinach, se desarrolló en un ambiente de importantes abogados, como su tutor, Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, quien fue dos veces rector de la Real y Pontificia Universidad de México.

Para Staples, el despertar de su conciencia política pudo ocurrir al presenciar de primera mano la persecución de la que fue objeto la familia de su entonces prometido, el abogado Octaviano Obregón, tras la caída, en 1808, del Virrey José de Iturrigaray, y que lo obligó a huir a España.

Con el enlace roto con Obregón, Vicario, quien forma parte de la sociedad secreta de Los Guadalupes, asiste a la insurgencia.

JOSEFA ORTIZ, SIN MITOS

Más allá de la historia de los "taconazos" que alertaron del...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR