La democracia estadunidense, en crisis

AutorOlga Pellicer

Coincido con el enojo por el video de Trump, pero no me sorprende. Me indigna mucho más su propuesta para construir un muro en la frontera con México, las palabras para referirse a los inmigrantes mexicanos, la manera en que ha humillado a varias mujeres en debates públicos. El video no es inesperado en el comportamiento de ese personaje. Lo sorprendente es que más de 40% del electorado lo sigue y, muy posiblemente, lo seguirá apoyando. Lo sorprendente es que una figura tan siniestra esté dando el tono a la campaña electoral del país más poderoso del mundo. Lo sorprendente es la fractura de uno de los dos grandes pilares de la democracia estadunidense: el Partido Republicano.

La campaña electoral en Estados Unidos manda mensajes inquietantes sobre el rumbo que puede seguir la política interna estadunidense. La crisis de valores y de forma de funcionamiento de la democracia es evidente. Pocos momentos han sido tan deplorables como el que tuvo lugar en el segundo debate de los candidatos a la presidencia. Insultos, reclamos, vulgaridades y sonrisas fuera de lugar convirtieron lo que debió haber sido un debate sobre programas de gobierno en un espectáculo televisivo de mal gusto, pleno de acusaciones reiterativas.

Es posible que fuera inevitable dada la personalidad de Trump. También es posible que el espectáculo haya sustituido a las ideas en todos los sistemas políticos llamados democráticos. De ser así, la campaña electoral estadunidense es una llamada de atención sobre lo disfuncional y peligroso de seguir sobre esa vía. Lo que ocurre en Estados Unidos, justamente por ser el país que ostenta el liderazgo de la democracia, obliga a una profunda reflexión sobre dónde se encuentran ahora los ejes principales de los procesos electorales, mismos que son factor fundamental para dar legitimidad a la democracia.

La fractura que ha ocurrido en el Partido Republicano es un ejemplo de la profundidad de la crisis. El bipartidismo había sido una pieza central para el buen funcionamiento de la democracia en Estados Unidos. La posición conservadora del Partido Republicano en varios temas, como la defensa irrestricta de la propiedad privada, su fuerte oposición a las acciones del gobierno en ámbitos considerados de interés privado, su defensa de la familia tradicional o su oposición al aborto es conocida. Todo ello formaba parte de la pluralidad de opiniones que tenían un espacio para convivir civilizadamente. Sin embargo, a partir de la crisis económica...

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