Cuando "Der Spiegel" enfureció al gobierno

BERLÍN.- "En teoría, desde su Constitución de 1917 México es una democracia con elecciones libres y separación de poderes. Pero en la práctica, existe sólo un partido dominante. (...) De acuerdo con su código penal, la corrupción -como reliquia de los regímenes derrotados- está prohibida. Pero tal como son las cosas, es en realidad lo que preserva al Estado: la corrupción es el aceite lubricante de la economía (...) Y por la concentración de poderes de los presidentes en turno, México es una dictadura que, sin embargo, no tiene ni presos políticos ni aplica la pena de muerte. La gente disfruta de libertades casi ilimitadas y el jefe de Estado es un dictador temporal durante seis años."

Cuando el embajador alemán en México, Carl August Zapp, leyó las líneas anteriores no dudó en contactarse con su Ministerio de Asuntos Exteriores, con sede en Bonn.

Era el 11 de enero de 1968 y el diplomático envió a las 13:45 horas un teletipo codificado desde la Ciudad de México:

"De darse a conocer aquí, la historia de la portada del semanario Spiegel del 8 de enero sobre México causará mucha molestia entre la hipersensible opinión pública local debido a su tendencia negativa. Especialmente las interpretaciones sobre la incapacidad organizativa de los mexicanos y el soborno a miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) del último párrafo exacerbarán al gobierno y al comité organizador de los Juegos que de todos modos están descontentos con los comentarios negativos de la prensa alemana", decía el mensaje.

Zapp tenía razón.

En su segundo número de 1968, el prestigiado semanario alemán de política Der Spiegel había dedicado su portada a México. En octubre de ese año el gigante latinoamericano sería sede de los Juegos Olímpicos y la revista había encargado al periodista Siegfried Kogelfranz retratar al país.

El retrato que Kogelfranz hizo de México, sin embargo, enfureció a la clase política mexicana. Especialmente al expresidente y entonces titular del Consejo Nacional de Turismo, Miguel Alemán Val-dés, quien amenazó incluso con demandar al semanario por injurias.

La cólera del gobierno mexicano y los apuros en los que se vieron envueltos los diplomáticos alemanes al tratar de contrarrestar los efectos negativos en la relación bilateral que trajo consigo el texto se pueden reconstruir a partir de las comunicaciones oficiales entre la embajada alemana en México y su Ministerio de Exteriores, en ese entonces en Bonn, a los que este semanario tuvo acceso en el Archivo Político del Ministerio de Asuntos Exteriores, en Berlín.

La ley del mestizo

El número 2 de 1968 de Der Spiegel comenzó a circular el 8 de enero de ese año. Una foto en contrapicada de los prismas triangulares de las Torres de Satélite -obra del artista de origen alemán Mathias Goeritz-, ilustra la portada. En el fondo, un cielo azul y como sol, una imagen del calendario azteca. Como título se lee "México, país de...

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