Nuestros derechos alienables

AutorDenise Dresser

Como en el caso de Rosa María, obligada a aceptar la anticoncepción forzada. O los 17 estados que no consideran la esterilización forzada como delito. O que persista una seria demanda insatisfecha de métodos anticonceptivos en los estados de Chiapas, Michoacán y Oaxaca. O que México tiene la tasa de natalidad más alta entre mujeres adolescentes, de 15 a 19 años. O que estos problemas son sistemáticamente peores entre mujeres indígenas que sufren esterilizaciones forzadas, malos tratos en los servicios de salud y falta de acceso a información en su idioma. Caso tras caso de mujeres a lo largo del país cuyo cuerpo es un tema legislativo o un botín político. La ley -o la ausencia de ella- legisla el tamaño, los li-neamientos y las fronteras del cuerpo femenino. Como argumenta Roxane Gay en el libro Bad Feminist, demasiados políticos y moralistas están tratando de definir lo que debe ocurrir con el cuerpo de la mujer, cuando ella debería tener la capacidad de decidir por sí misma.

Margaret Sanger, pionera en temas de derechos reproductivos, estaría horrorizada hoy al ver que casi un siglo después de que abrió su primera clínica seguimos peleando la misma batalla. El reporte de GIRE lo revela. El acceso a anticonceptivos no está disponible para una gran parte de la población. Sanger y tantas más han luchado por los derechos reproductivos porque sabían -como lo sabe GIRE- que la calidad de vida de una mujer sólo mejora cuando tiene acceso a anticonceptivos. Cuando no tiene que arriesgarse a un aborto inseguro en un sitio insalubre. Cuando ella puede asumir la responsabilidad de prevenir un embarazo indeseado porque con demasiada frecuencia los hombres no quieren hacerlo. Cuando sus derechos son reconocidos como inalienables.

Estamos lejos de ese lugar. En Aguas-calientes, Diana intentó terminar su embarazo dados los riesgos de salud que implicaba. Le informaron que la legislación del estado no lo permite. Que el delito de aborto no es punible sólo en caso de grave peligro de muerte o cuando el embarazo haya sido producto de una violación. Tuvo que trasladarse al DE Como tantas otras mujeres que viven en estados con causales de aborto restrictivas y enfrentan obstáculos casi insuperables para terminar su embarazo, aun en casos de violación. Como Rosa en el estado de México. Como Carmen y Carlota en Hidalgo. Como una de cada cuatro niñas en México que sufre abuso sexual antes de cumplir 18 años y seis de cada 10 abusos sexuales son cometidos en el...

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