Desacreditar a testigos, estrategia de los abogados de Guzmán Loera

AutorLourdes Cárdenas

La acusación más relevante contra Asaro, de 80 años, fue su presunta participación en 1978 en el atraco a la aerolínea Lufthansa dentro del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy -el mayor robo de moneda cometido en Estados Unidos que incluso Martin Scorsese llevó al cine bajo el título Goodfe-llas (Buenos muchachos)-. El juicio fue un espectáculo mediático.

A los fiscales estadunidenses les tomó más de 30 años llevar a juicio a Asaro. De acuerdo con el affidavit (la declaración jurada) del caso, gran parte de la acusación se sustentó en las declaraciones de dos testigos claves: Sal Vitale, un subjefe de la organización criminal, y Gaspare Valenti, un primo del inculpado. Ambos habían firmado acuerdos de cooperación con el gobierno estadunidense a cambio de una reducción de sentencias.

Durante el juicio, los testigos proporcionaron información abundante sobre la forma en que se fraguó el robo a la aerolínea. Valenti ofreció también testimonio de cómo Asaro y un socio suyo enterraron el cuerpo de un bodeguero a quien acusaron de ser una "rata". Según Valenti, el hombre fue estrangulado con una cadena de perro.

En las diligencias se presentaron grabaciones de conversaciones entre Valenti y Asaro para apoyar las acusaciones contra el jefe de la mafia siciliana.

Los reporteros que cubrieron el juicio destacaron que la familia de Asaro calificó a los testigos como mentirosos; Diana Ferrone, una de las abogadas del acusado, los llamó "criminales cooperadores", mientras que Eli— zabeth Macedonia, otra defensora del capo, aseguró que Vitale había recibido pagos gubernamentales por testificar en casi 10 juicios, incluyendo un pago de 250 mil dólares.

"Cada uno de estos testigos ha sido liberado de la cárcel. Todos son mentirosos consumados", dijo Macedonia al jurado durante el cierre de argumentos, según reportó la cadena CNN. La abogada agregó: "El gobierno no pudo probar que Asaro estuvo involucrado en el atraco a Lufthansa. Algunas veces el gobierno se equivoca".

Una práctica usual

La estrategia usada por los abogados de Asaro se enfocó en mermar la credibilidad de los testigos clave de la fiscalía, y fue exitosa: Asaro fue declarado inocente y salió sonriente de la Corte.

Esa práctica es frecuente en casos en que los testigos clave son personajes involucrados en algunos de los actos criminales cometidos por el acusado. Así lo está haciendo Jeffrey Litchman, uno de los defensores del Chapo.

A sus 53 años, Litchman ha ganado casos muy...

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