La desafiante ola china

AutorAdrián Foncillas

BEIJING.- La victoria china en el medallero de Beijing 2008 rompió la dualidad Estados Unidos-Rusia que se había repartido el liderazgo en los anteriores 15 Juegos Olímpicos. La rivalidad con Estados Unidos resucitó en Londres. De nuevo el Este contra el Oeste, la oposición de dos patrones recuperada tras el desguace soviético.

Los primeros días en Londres apuntaban a otro triunfo chino que al final no fue: quedaron detrás con ocho oros menos (38) que Estados Unidos (46). Hablar de capitalismo contra comunismo sería forzar la comparación vista la evolución de China, pero la cuestión de fondo es la misma: el medallero como termómetro geopolítico.

En el devenir olímpico de China se refleja su historia. El corredor Liu Changchun abrió en solitario el olimpismo nacional en Los Ángeles 32 con la subvención privada de su universidad. Desfiló solo en la ceremonia de apertura, llegó último en las primeras rondas de 100 y 200 metros, y mendigó entre los miembros de la colonia de expatriados chinos para el boleto de vuelta.

La pasión olímpica es forzosamente nueva: durante los décimos Juegos Olímpicos de la era moderna, en Berlín 36, China era un régimen feudal. Los chinos no oyeron hablar de Abebe Bikila, el ma-ratonista descalzo que maravilló en Roma 60, porque entonces intentaban sobrevivir a la peor hambruna de la historia moderna. Les fueron extrañas las siete medallas de oro de Mark Spitz en Múnich, metidos como estaban en la fase más cruda de la Revolución Cultural.

Después de Liu no hubo más medallas olímpicas para China... hasta 52 años después, también en Los Ángeles, en 1984. Xu Haifeng, vendedor de fertilizantes, ganó en tiro deportivo el primer oro; y Li Ning ganó seis medallas en gimnasia. No obstante, Ning fue ignorado. Fue relativamente reivindicado en los juegos de Beijing en 2008: desfiló por el estadio Nido del Pájaro momentos antes del encendido del pebetero olímpico.

En Los Ángeles, China obtuvo 15 oros. "¡Esos chicos son buenos!", dijo Peter Ueberroth, entonces presidente del Comité Olímpico de Estados Unidos.

Casi 30 años más tarde, los hijos de aquellos atletas saborean los triunfos olímpicos al mismo tiempo que su país se empecina en destronar a Estados Unidos como primera potencia político-económica.

China recuperó a SunTzu para su conquista del medallero, quien ya dijo 2 mil 500 años atrás que la mejor victoria es la lograda sin la lucha de ejércitos. Las enseñanzas de El arte de la guerra sirvieron a generales durante siglos y hoy a altos ejecutivos y brokers de Wall Street.

China y Estados Unidos se enfrentaron muy pocas veces en Beijing 2008 porque sus tradiciones deportivas son diferentes y los chinos hicieron poco por acercarlas.

Las autoridades sabían que no bastaría con la esperada lluvia de medallas...

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