Un descuido pone en peligro la identidad deportiva del IPN

AutorRaúl Ochoa

Un litigio del Instituto Politécnico Nacional (IPN) contra un empresario puso al desnudo el riesgo que corre la casa de estudios de perder sus logotipos y emblemas deportivos. En 2015, Raúl Milton Vargas Martínez obtuvo ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) el registro de la marca "FC Politécnico AC". Posteriormente acudió ante la Federación Mexicana de Futbol (Fe-mexfut) para afiliar con esa denominación un equipo profesional de segunda división y otro de tercera.

Fundado el 1 de enero de 1936, el IPN carece de los registros legales de varios de sus símbolos politécnicos en materia deportiva, como el icónico burro blanco estilizado que identifica a su equipo de futbol americano estudiantil y el nombre de su porra: Huelum.

Únicamente conserva el registro -que data del 19 de diciembre de 1996- de una imagen integrada por una letra "P" que lleva sobrepuesto un burrito blanco que usa un casco de futbol americano y que está parado sobre un balón con forma de ovoide. El diseño tiene vigencia hasta el 11 de septiembre de 2026, pero no lo usa.

El pleito

Con la pretensión de impulsar su proyecto denominado Futbol Atómico, el empresario Vargas Martínez solicitó el 3 de diciembre de 2014, mediante el despacho Durán Cabañas y Asociados, la inscripción de la marca FC Politécnico AC; tres meses después le fue concedida con el número de registro 1526532. La marca implica también el diseño del escudo oficial del equipo que incluye el busto de un burro estilizado en colores guinda y blanco.

Vargas se acercó con las autoridades politécnicas convencido de que éstas avalarían su proyecto deportivo para que el IPN tuviera un representante en el balompié profesional. Fue rechazado.

Carlos Alberto Durán Cabañas, abogado de la firma especializada en marcas y patentes, explica en entrevista que su cliente buscó un acuerdo con el IPN para tener acceso a las instalaciones, a la cantera de los alumnos y para operar como un equipo de casa, bajo la condición de que el propio empresario asumiría el riesgo financiero que implica un equipo profesional.

Respecto de ese primer intento de su cliente para hablar con las autoridades politécnicas, el abogado recuerda: "No sólo no se llegó a la negociación, sino que en el IPN se sintieron violentados en sus derechos de propiedad intelectual argumentando que los colores guinda y blanco, la figura del burro y la porra del Huelum son de su propiedad, cosa que legalmente es falsa. La realidad es que el IPN...

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