Los desencuentros por venir

AutorJosé Gil Olmos

Una vez trascurridas las elecciones en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, el PRI enfrentará divisiones e inconformidades de algunos militantes con la dirigencia de Enrique Ochoa Reza, de cara a la XXII Asamblea Nacional, que se realizará el próximo 12 de agosto.

Uno de los mayores puntos de desacuerdo es la pretensión de la cúpula priista de suprimir uno de los principales requisitos para el candidato a la Presidencia de la República en 2018: que el aspirante tenga 10 años de militancia.

Eduardo Huchim, exconsejero del Instituto Electoral del Distrito Federal, donde presidió la Comisión de Fiscalización, advierte un panorama sombrío para el PRI hacia el 2018, pues, señala, hay liderazgos que desde ahora ya tienen en cuenta el desastre al que lo han llevado Ochoa Reza y el presidente Enrique Peña Nieto.

De hecho, el analista político advierte que uno de los primeros efectos podría ser la salida de Ochoa Reza de la presidencia del partido, pues hay muchas voces dentro del partido que critican su gestión.

"Aun cuando gane el Estado de México -dice a Proceso-, la primera víctima pose-lectoral va a ser Ochoa Reza. Difícilmente podrá mantenerse en la presidencia del PRI, ya que un eventual triunfo (en los comicios de este domingo 4 de junio) será percibido como un fraude. Nadie le va a creer que ganó con limpieza, ni que fue una elección legítima. La perspectiva es muy oscura y de ninguna manera garantiza que el PRI ganará en 2018".

Según Huchim, es un error tratar de vincular un triunfo en el Estado de México con una futura victoria del PRI en la elección presidencial del próximo año. "Por supuesto que inñuye; eso es innegable, pues en el Estado de México está el principal padrón electoral del país. Pero inferir que con eso (el PRI) ganará la elección presidencial es erróneo. En las elecciones de 2000 y 2006 el partido ganó en el Estado de México y perdió la presidencial; además, el horizonte es muy oscuro por la acción de un gobierno inmerso en la corrupción".

Y aunque los priistas pretendan mostrar unidad, prevé Huchim, habrá confrontaciones internas que se expresarán en la XXII Asamblea Nacional, a la cual concurrirán más de 10 mil militantes.

"Esto tiene que generar reacciones dentro del PRI. Aunque formalmente vayan a mantener la unidad, como es una de sus características cuando se toma una decisión, en los hechos hay formas de alinearse. Se puede actuar con entusiasmo o con una unidad más aparente que real", precisa.

Las voces...

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