Deserción o involucramiento

AutorMarta Lamas

La primera rechaza la democracia representativa y argumenta que la multitud no es representable, pues es "un agente activo autoorganizado, antiestatista y antipopular". La democracia de la multitud no puede ser concebida en términos de una autoridad soberana representativa, por lo que se necesitan nuevas formas no representativas de democracia. De ahí que se proponga una "deserción" de las instituciones existentes, a fin de fomentar la autoorganización de la multitud.

En contraste, la segunda propuesta, que es la que suscribe Mouffe, concibe un "involucramiento crítico" con el objetivo de dar lugar a una hegemonía diferente, en un proceso de rearticulación de los discursos y las prácticas existentes. Más que una "extinción" del Estado o de sus diversas instituciones, esta propuesta plantea la necesidad de provocar una "profunda transformación" de esas instituciones a través de las cuales se debe organizar el pluralismo existente. Mouffe piensa que esta "profunda transformación" se podría alcanzar a través de una combinación de luchas parlamentarias y extraparlamentarias, que serían un vehículo para la expresión de la diversidad de demandas. El objetivo compartido sería el de extender el principio de igualdad a la mayor cantidad posible de relaciones sociales. Para respaldar la propuesta de un involucramiento crítico que sanee y fortalezca progresos democráticos, ella subraya la importancia de la colaboración de diversos movimientos sociales para proponer e implementar una serie de reformas que mejoren de manera significativa la situación de los sectores populares.

En la disputa entre las dos propuestas subyace una antigua polémica sobre la naturaleza de la democracia y el papel de la representación. Desde su clásica reflexión sobre Hegemonía y estrategia socialista, Ernesto Laclau y Mouffe señalaron que finalmente las transformaciones políticas (que ellos califican de "radicalización de la democracia") que nos van a permitir trascender el capitalismo se fundan en la pluralidad de luchas de los agentes sociales.

Como la política siempre tiene lugar en un campo atravesado por antagonismos, también siempre va a haber una lucha entre proyectos en conflicto que buscan presentar sus visiones como la encarnación verdadera de lo universal o del "bien común". Pero nunca va a haber una resolución racional al antagonismo y al conflicto. Por eso ella, siguiendo a Gramsci, apuesta por una guerra de posición, que debe ser lanzada en una multiplicidad de...

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