"Desmontar un régimen es complicado"

AutorÁlvaro Delgado

Cuando era inminente el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, consumado hace justo un año, Porfirio Muñoz Ledo fue directo con su amigo y aliado político desde hace décadas: -Te quiero pedir una sola cosa. -Dígame, licenciado. -Te quiero poner la banda presidencial. "'Pues sí', me dijo, ni modo que me dijera que no -rememora el presidente de la Cámara de Diputados-. ¡Esa es la razón por la que estoy hoy aquí! Una frase: 'Te quiero poner la banda'. Ese fue el compromiso." Y este acontecimiento, el 1 de diciembre de 2018, simboliza el fin de un régimen político y el inicio de un nuevo ciclo histórico en México, pero también representa la coronación de la intensa vida política de Muñoz Ledo, protagonista clave en la evolución del país en el reciente medio siglo.

Muñoz Ledo pudo ser presidente de la República, como López Obrador, pero los empresarios lo vetaron - "me echaron la sal"-, como textualmente se lo expresó, al final del gobierno de Luis Echeverría, Andrés Marcelo Sada, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

El líder intelectual de ellos, Andrés Marcelo Sada, me dijo textualmente: 'Tú eres un peligro. Imagínate que llegues al poder'. '¿Entonces me quieren eliminar?' 'Políticamente, sí'.

Los empresarios, desde entonces, también se propusieron tomar el poder político en México -como ahora traman-, y así se lo reveló personalmente Marcelo Garza Lagüera, hijo del asesinado patriarca del empresariado regiomontano, Eugenio Garza Sada.

"No me puedo morir sin contar estas cosas", subraya Muñoz Ledo al referir un diálogo con Garza Lagüera, en una reunión con hombres de dinero en Chihuahua, en la que el empresario negó que su gremio requiriera apoyo del gobierno. "'¿Y qué quieren?'. Me respondió: 'Ejercer el poder'."

Pero al encomendarle la relación directa con el empresariado, como secretario del Trabajo y de Educación -pues usaban los libros de texto gratuitos como pretexto para su activismo político-, Echeverría también lo fue debilitando como candidato presidencial y optó por José López Portillo:

En esa virtud yo no fui rescatable para un puesto más alto, ya sabes cuál (la Presidencia). Y a su amigo López Portillo lo mandó a Hacienda. La gente no ha analizado esto, pero era para que conectara con los banqueros y empresarios.

Aunque no les confiere tanta fuerza, y las grandes empresas generan sólo 13% del empleo, Muñoz Ledo advierte que prevalece el proyecto de los empresarios de tomar el poder, como es el caso del presidente de la...

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