Desobediencia e indiferencia, los pecados de Lupita González

AutorBeatriz Pereyra

"Eres una tramposa”, “eres una corrupta”, “compites haciendo trampa”, “te dopaste y vas a ser sancionada…”.

Guadalupe González no entendió ni una palabra de lo que le decían en inglés. Su rostro en el monitor de una computadora la mostraba atónita escuchando al abogado Tony Jackson vociferar a 9 mil kilómetros de distancia en una videoconferencia.

Antes de que la intérprete abriera la boca para traducir lo que el hombre acababa de gritarle, el abogado mexicano Luis Fernando Jiménez se inconformó: exigió con el rostro encendido que no tradujera las palabras de Jackson para que la atleta mexicana no se diera cuenta de la agresión.

Fue uno de los momentos más críticos de la audiencia de 10 horas que González afrontó a distancia el 17 de abril último. Al mismo tiempo en Londres, un equipo integrado por cuatro abogados -los mexicanos Luis Fernando Jiménez y Víctor Espinoza, y los españoles Vicente Javalones y Antonio García Alcaraz, quienes también participaron en una videoconferencia- presentaron los alegatos que desde el principio sabían que, si acaso, servirían para reducir la inevitable sanción.

En una sala de la cafetería Starbucks de la avenida Presidente Masaryk, Guadalupe González estuvo sentada durante horas en su audiencia. En ese lugar respondió pacientemente al interrogatorio del abogado inglés Jackson, quien durante dos horas y con una conducta agresiva la acusó de haber ingerido deliberadamente la trembolo-na, el anabólico por el cual falló un control antidopaje que derivó en una suspensión de cuatro años que la deja fuera de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 y podría significar el final de su carrera deportiva.

La atleta mexicana aún tiene la oportunidad de apelar la resolución -ratificada el jueves 9 y dada a conocer el viernes 10- ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS, por sus siglas en francés).

El 17 de octubre de 2018, personal de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) se presentó en las instalaciones del Comité Olímpico Mexicano (COM) donde la atleta se encontraba entrenando. Ahí recolectaron una muestra de su orina que fue analizada en el Laboratorio de Montreal, acreditado por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) y que arrojó 1 nanogramo de trembolona. Por este motivo, González ha estado suspendida desde el 16 de noviembre pasado.

La defensa de Guadalupe González descansa en un alegato: la deportista insiste en que ingirió carne contaminada con trembolona, una sustancia que los criadores de ganado usan en México cuando las reses están en su primera etapa de crecimiento.

De acuerdo con su declaración, enviada por escrito a la IAAF el 23 de noviembre último, González explicó que el 14,15 y 16 de octubre, los tres días previos al control antidopaje, comió picaña, bistec y cinco tacos al pastor, respectivamente, además de huevos y fruta. Supuestamente, en esa carne estaba el anabólico que se encuentra en la Lista de Sustancias Prohibidas del Código Mundial Antidopaje.

Contradicciones

De entrada, la audiencia comenzó 30 minutos tarde. González no estaba lista a las nueve de la mañana del 17 de abril. Llegó casi corriendo acompañada por su entrenador, Esteban Santos. Se notaba alterada, nerviosa. Aún así se mantuvo estoica. Jackson le preguntó lo mismo de maneras diferentes para orillarla a contradecirse: "¿Cómo llegaste a ese restaurante? ¿Cómo es que comiste a las ocho de la mañana en ese restaurante y después entrenaste?".

El lugar al que...

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