Desplazamiento interno y violencia

AutorOlga Pellicer

El desplazamiento interno por la violencia, acelerado desde que se inició la guerra contra las drogas en el sexenio de Calderón, afecta a cientos de miles de familias mexicanas, la mayoría provenientes de sectores muy vulnerables. Cierto que hay clara conciencia de la existencia de secuestros, extorsiones, asesinatos cometidos por miembros del crimen organizado, frecuentemente en contubernio con instituciones del Estado. Sin embargo, el efecto de semejante situación sobre quienes se ven obligados a huir despavoridos, abandonando hogar, pertenencias, familia, fuentes de trabajo, lazos comunitarios, es una tragedia ante la cual, como nos señala la autora, se prefiere voltear el rostro.

Poco se habla en torno a los desplazados por la violencia en los medios de comunicación; no existe una agencia gubernamental que tenga la responsabilidad de atenderlos; hay pocas organizaciones de la sociedad civil que trazan sus destinos y buscan ayudarlos. En suma, prevalece en el país un gran problema humanitario del cual nadie se hace responsable. La investigación de Laura Rubio es un trabajo pionero.

La indiferencia contrasta con la movilización de la opinión pública, nacional e internacional frente a otras tragedias humanitarias como las desapariciones forzadas; su expresión más conmovedora: Ayotzinapa. Ahora bien, para el tratamiento de ese problema se han conformado una Convención Internacional, órganos que le dan seguimiento, comités internacionales listos para solicitar informes y exigir a los Estados que cumplan con los compromisos adquiridos. No ocurre lo mismo con las personas internamente desplazadas por la violencia. Al no traspasar fronteras nacionales, son un problema de "jurisdicción interna" cuyo tratamiento, desde el punto de vista jurídico, social y humanitario ha sido poco desarrollado en el ámbito internacional...

Un obstáculo para estudiar el drama de las personas internamente desplazadas es su poca visibilidad. Así sucede en México. En ocasiones, cuando se ha tratado de desplazamientos masivos (más de 10 familias), los medios de comunicación escrita se han referido a ellos. Un ejemplo es el reportaje de Proceso publicado el 4 de septiembre de 2013. En otros casos, la mayoría, sólo se sabe que una casa ha quedado vacía, que de un pueblo se fueron todos, que hay "pueblos fantasma" en Chihuahua, en Michoacán, en Sinaloa. Por lo que toca al gobierno, es mejor que de esto no se hable, que no se asuman responsabilidades y que los desplazados...

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