Después del encontronazo: "No somos carne electoral..."

AutorJosé Gil Olmos

Después del encuentro entre el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y los cuatro candidatos presidenciales -el lunes 28 de mayo en el Alcázar del Castillo de Chapultepec- Javier Sicilia sostiene que se convocó a los aspirantes porque las víctimas de la violencia, "esta tragedia nacional", no están en su agenda, los han borrado. "A eso fuimos, pero al final vimos que no tomaron en cuenta lo que dijimos porque ya no volvieron a mencionar el tema y siguieron en su campaña", afirma el poeta en entrevista.

Se defiende: no se trató, dice, de una pasarela, de un show ni tampoco de manifestarse por uno de ellos porque, sostiene, "no somos carne electoral sino las víctimas de una guerra".

Ante la avalancha de críticas que se le hicieron en las redes sociales por decirle a Andrés Manuel López Obrador que para mucha gente sigue siendo autoritario, soberbio y mesiánico, Sicilia expresa preocupado: "Me dicen: 'Eres un hijo de la chingada, eres un traidor, un ojete'. Pero eso es fascismo, estalinismo, y yo no voy con eso. Se lo dije a Andrés Manuel: A usted lo respeto y lo admiro'. Muchos en Morena son mis amigos y los respeto. Pero con ese fascismo yo no quiero nada. ¡Pinto mi raya!".

Ese lunes, las víctimas del movimiento pacífico ciudadano se reunieron durante cinco horas con los cuatro candidatos presidenciales a quienes citaron a diferente hora. Primero Josefina Vázquez Mota, después Enrique Peña Nieto, luego Andrés Manuel López Obrador y al final Gabriel Quadri. A cada uno le dedicaron el mismo tiempo, le expusieron la agenda de los familiares de las víctimas de la violencia y, según Sicilia, les dieron el mismo trato.

Para llegar a esa reunión el movimiento tuvo que negociar durante meses con los equipos de cada candidato para que hicieran un espacio en su agenda de campaña cuando, dice Sicilia, debió haber sido al revés: que los candidatos buscaran a las víctimas para ofrecerles una salida al dolor que cargan por sus muertos y desaparecidos. Aclara que no se puede hacer un juicio de cada uno de ellos porque cada cual respondió desde su psicología, su manera de ser y su temperamento.

Por ejemplo, dice el escritor, la aspirante del PAN hizo expresiones más sensibles pero su problema es que está incrustada en el gobierno de Felipe Calderón, causante de haber avivado el problema de la violencia.

"A Peña Nieto, como se lo dije, no le vimos el corazón. Habló muy administrativamente de un problema que tiene que ver con los derechos humanos y con responsabilidades de su parte, como fue el caso de Ateneo. Se lo dije al final del encuentro: '¿Ya no tiene corazón? No lo oí vibrar con las víctimas'. Doña Trini le dijo que hubo cosas terribles en Ateneo, que si llegaba a la Presidencia por lo menos llegaba con dos cadáveres en su espalda y Peña Nieto contestó que hubo excesos. Pero en la prensa nadie tomó ese tema", asevera.

Mientras que de Andrés Manuel López Obrador...

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