El día de la dignidad

AutorCuauhtémoc Cárdenas

En mayo de 1937 habría de iniciarse el proceso que condujo al acto más importante del gobierno de Lázaro Cárdenas y muy importante también entre las acciones reivindicadoras de la Revolución Mexicana: la Expropiación Petrolera. Entre los antecedentes de este acto deben considerarse, entre otros, que el Plan Sexenal, marco de referencia de las políticas oficiales, señalaba que se haría efectiva la nacionalización del subsuelo, que el Estado intervendría para lograr el equilibrio de las fuerzas económicas de la industria petrolera, estimulando el desarrollo de empresas nacionales y creando un organismo se-mioficial de apoyo y regulación, y que se modificaría el régimen de concesiones, reduciendo la superficie amparada por cada concesión, negándose aquellas opuestas al interés nacional; y el proceso de unificación de los diferentes sindicatos existentes dentro de la industria petrolera, que culminó hacia principios de 1936 con la creación del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, el que de inmediato empezó a negociar con las distintas compañías un contrato colectivo de trabajo.

Las negociaciones entre el sindicato y las empresas se rompieron en noviembre del mismo 1936, estimándose, entonces, que la huelga era inminente. A fines de ese mes estalló la huelga.

Los trabajadores demandaban aumentos y prestaciones por un monto de 90 millones de pesos; las compañías ofrecían 14.

El 7 de marzo, a petición del embajador de Estados Unidos, el presidente recibió en Palacio Nacional a los representantes de las compañías petroleras, que en esa ocasión [según recuerda José Domingo Lavín] "aclararon que aunque el dictamen de los peritos y el fallo de la Junta representaban un aumento de 26 millones, en la realidad, y con motivo de otras prestaciones del contrato, la suma podía subir a 40 millones. El presidente manifestó que si las compañías invertían los 26 millones en mejorar la vida de los trabajadores petroleros, podía influir para que el conflicto quedara solucionado; uno de los representantes ingleses preguntó:

"-¿Y quién nos garantiza que con la inversión de 26 millones de que hablamos se da solución al conflicto?

"-Yo, el presidente de la República -contestó el general Cárdenas.

"El representante petrolero tuvo la audacia de preguntar en tono burlón:

"-¿Usted? -a lo que el presidente, poniéndose de pie, con toda cortesía, pero secamente, contestó:

Señores, hemos terminado.

No obstante lo anterior, los representantes de las...

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