Diabetes: la derrota del sector salud

AutorJuan Carlos Cruz Vargas

La cajita de madera que guarda las cenizas de José Natividad Barrera Simón está en un altar, siempre con su veladora prendida y que da luz a esa esquina de la sala donde pasaba las horas con su esposa María Petra y sus dos hijos: Rodrigo, que ahora tiene 33 años, y Yésica, de 34.

El señor Barrera Simón murió a los 57 años. En sus últimos días requirió de respiración artificial, el corazón le trabajaba a medias y no le funcionaban los ríñones, el hígado ni los ojos. Tenía diabetes pero ingresó por un edema pulmonar (acumulación anormal de líquido en los pulmones) a la Clínica 32 del Instituto Mexicano del Seguro Social ubicada en Villa Coapa, y nunca se recuperó de la tos y asfixia que lo desesperaban.

Rodrigo Barrera suspendió su carrera de ingeniería mecánica en la Universidad Nacional Autónoma de México para atender a su padre de esa enfermedad crónica que padecen 10 millones de mexicanos, sin contar a los más de 7 millones que tienen elevados niveles de glucosa en la sangre.

Con todo, considera que se trató de un caso "afortunado" porque en los 12 años que la diabetes fue minando a don Natividad su familia consiguió que fuera atendido en las instituciones públicas de salud. Eso sí, a costa de decenas de trámites burocráticos, meses de espera para consultas, semanas para saber el resultado de los estudios -cada vez que el paciente recaía- horas en la sala de urgencias.

"Lo tienen que ver a uno casi muerto para que lo atiendan", dice Rodrigo.

El sobrepeso, la obesidad y la diabetes no son atendidos de manera integral en las instituciones públicas de salud. Ni siquiera se cuenta con un diagnóstico exacto de la pandemia: su origen, evolución y alternativas para combatirla. Tampoco se destinan los recursos suficientes para contrarrestarla.

Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) colocan a México como un foco rojo en la incidencia de este tipo de enfermedades crónicas, que desgastan la salud y la economía de los pacientes y sus familias.

En el Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 (PEF) no se ven esfuerzos gubernamentales para atender de manera integral esta "emergencia sanitaria", como la considera la Secretaría de Salud. Especialistas consultados por Proceso indican que la asignación de recursos para el sector raya en la inercia y los programas no se evalúan por su impacto ni se transparentan.

Alejandra Macías Sánchez, investigadora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), afirma que "al sector le hace falta transparencia. No sabemos exactamente la incidencia de las enfermedades, a cuánta gente está...

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