Diotima de Mantinea: del amor y de la peste

AutorElisur Arteaga Nava

Pocos son los datos que se conservan de Diotima o Diótima de Mantinea. La referencia a ella, la más conocida, es la que aparece en el diálogo El banquete de Platón. Para algunos es un personaje inventado por ese autor y que lo creó con el propósito de poner en sus labios uno de los conceptos de Eros o del amor que él desarrolló en esa obra.

Según Platón, Diotima era una sacerdotisa que en el año 440 antes de nuestra era fue llamada por Pericles para que, con sus conjuros, acabara con la peste que asolaba la ciudad de Atenas. Lo logró parcialmente; obtuvo que se difiriera 10 años. En el 430 la peste volvió con toda su furia. Es la peste de la que habla Tucídides en su Historia de la guerra del Peloponeso (libro II, 47 a 54), que acabó con la vida de miles de griegos, entre otros con la del propio Pericles. Esa peste, al igual de lo que está sucediendo en estos días, volvió a asolar a Atenas tres años después, en el 427.

Insisto, no hay nada firme respecto de la existencia de Diotima y mucho menos de su presencia en Atenas para que, con sus conjuros, acabara con la peste. Hay algo que sí es cierto, en la amena Mantinea, como la califica Homero (Ilíada II, 607), de donde supuestamente era originaria la sacerdotisa, había un santuario dedicado a Posidón Hipio, que era famoso; estaba prohibido que entraran los hombres.

Pausanias, que pasó por Mantinea en el siglo II de nuestra era, refiere que con un hilo de lana se impedía a los hombres el acceso al santuario; agrega que éste infundía temor en los que creían en las cosas divinas; refiere que en alguna ocasión Épi-to, hijo de Hipótoo, cortó el hilo y entró en el santuario; como castigo, una ola apareció en el lugar, le alcanzó los ojos y lo dejó ciego; enseguida murió. (Descripción de Grecia, libro VIII, 5, 5, y 10, 3 a 4).

En la actualidad Mantinea es una insignificante población que se halla en un valle, al lado derecho de la carretera que corre de Corinto a Esparta. En ella se conservan algunas ruinas de sus santuarios y murallas. La mayor parte de las ruinas que se ven son del periodo romano. Merece una mirada desde lejos y sin bajarse del automóvil. El valle es hermoso y bien cultivado. En las proximidades de ella se halla Tegea, menos ignorada, pero igual de insignificante; y Trípoli, que en un tiempo fue una ciudad importante.

Luciano de Samosata menciona a Diotima; la ubica entre las mujeres aficionadas a la filosofía; la coloca entre Aspasia, la inteligente amante de Pericles, y...

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