El discurso de Bachelet

AutorMarta Lamas

Evelyn Matthei, candidata de la Alianza de derecha -Unión Demócrata Independiente y Renovación Nacional- es una política que votó por el Sí a la continuidad del dictador Pinochet en el referéndum de 1988 y protestó cuando fue detenido en Londres por orden del juez Baltasar Garzón. Pero además es hija del general Fernando Matthei, quien fuera director de la Academia de Guerra Aérea donde el general Alberto Bachelet, detenido por la cúpula golpista por su lealtad a Allende, murió a los 51 años a causa de las torturas a las que lo sometieron sus compañeros en las mazmorras de dicha institución.

De ahí que la confrontación electoral tuviera, por la responsabilidad moral del general Matthei en la muerte del general Bachelet, un denso trasfondo para ambas hijas y para la sociedad chilena.

La mayoría los votantes respaldó con su voto a una mujer que ha logrado sobreponerse a la brutalidad de la dictadura, que ha manejado la tragedia de la muerte de su padre de forma austera y que ha mostrado su voluntad de reconciliación. La noche del domingo, en el primer discurso que pronunció como presidenta electa, dio las gracias a sus hijos, a su madre, agradeció el ejemplo de su padre, la labor de su equipo, y reconoció a los partidos de la Nueva Mayoría y a los votantes. También dio un saludo a todas las perso-nas que salieron a votar, "independiente de cuál haya sido su candidata", y -¡oh sorpresa!- dijo: "Y quiero saludar a Evelyn Matthei. Más allá de nuestras diferencias, sé que compartimos el amor por Chile y las ganas de servir a un proyecto en el que creemos. En la diferencia de miradas descansa la riqueza de un país diverso y democrático". ¡Zok!

Si bien una vida política democrática requiere que las figuras políticas tengan una interlocución productiva, en vez de ser estériles adversarios, es difícil lograrlo pues existe un problema que no se visualiza cabalmente: el peso del machismo en los actores políticos. Michelle Bachelet se libera de tal lastre y no tiene reparos en lanzar un discurso prudente y conciliador, que no deja de lado sus propuestas políticas, pero donde trata con respeto a sus adversarios.

Así, desde una perspectiva que plantea que el destino de Chile concierne a todos sus habitantes, sin importar por quién hayan votado, tiende la mano a los que no votaron por ella. Y dice claramente: "A quienes no nos han dado su voto, les digo que su rol es necesario en nuestra democracia y que impulsaremos reformas para un Chile de todos...

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