Violenta disputa por Los Altos de Jalisco

AutorPatricia Dávila

Arandas, JAL.- Murió el 29 de julio de 2010 a manos de elementos de la Marina. Hoy, ocho meses después, habitantes de éste y otros municipios de Los Altos de Jalisco padecen por la ausencia de Ignacio Coronel, tercero en el mando del cártel de Sinaloa, cuya muerte detonó la inestabilidad y violencia en territorio jalisciense.

El 22 de marzo, por ejemplo, al filo de las 11 de la noche, cuando la actividad económica estaba en su apogeo lo mismo en bares que en puestos de tacos y entre los vendedores ambulantes, quienes atendían a los clientes, se escucharon ráfagas de metralletas en varias partes de este pueblo de unos 70 mil habitantes.

Varios hombres, a bordo de camionetas, cruzaron el centro de la localidad disparando sus armas. Iban tras un vehículo cuyo conductor intentaba escapar. Lograron cazarlo. Su camioneta quedó atravesada sobre la plaza. Calles adelante el grupo levantó a un lugareño… Su esposa reza porque aparezca.

Dos días después, a la una de la tarde, hubo otra reyerta. De nuevo, un grupo de sicarios cruzó el pueblo. A la altura del fraccionamiento Los Robles, en el libramiento a Betania, al sur del municipio, se escenificó la balacera, protagonizada por pistoleros de La Resistencia y del cártel de Sinaloa, quienes, dicen los vecinos, llegaron a la entidad a recuperar la plaza perdida tras la muerte de Coronel.

Dicen los testigos que la refriega fue a 100 metros de la empresa Bacardí y de una primaria; el terror se apoderó de los alumnos. Duró entre 20 y 40 minutos y, según ellos, los sicarios utilizaron por lo menos 40 camionetas de lujo. En el lugar quedaron 11 vehículos, entre Lincoln, Navigator, Tacoma, Suburban, Ford Excursion, Bora y Stratus. Los reportes oficiales mencionaron sólo dos muertos, aunque algunos residentes acotan que ambos grupos levantaron a sus muertos y heridos.

En el interior de una Cherokee estaba el cadáver de Francisco Martín Quiñónez Cebreros, de 29 años y originario de Sinaloa. Vestía chaleco antibalas; a su lado había dos granadas de fragmentación. Cinco días después su madre acudió por su cuerpo. Declaró que su hijo vivía en Tijuana. El otro muerto fue Ramón Aviña López, de 21 años, originario del municipio de Jamay, Jalisco. Quedó sobre el piso, a un lado de una pick up.

Elementos de la policía estatal y del Ejército llegaron dos horas después de la balacera. Comenzaron a peinar la zona. En el pueblo, pidieron a los comerciantes que cerraran sus negocios y a los vecinos les recomendaron quedarse en sus casas; las escuelas suspendieron clases. Hoy, la mayoría de los escolares, sobre todo los de primaria, temen salir a la calle.

Al día siguiente, el 25 de marzo, en una brecha conocida como Sacamecate, en el municipio de San Ignacio Cerro Gordo, a 10 minutos de este municipio, fue localizado el cadáver de Jonathan Ramiro Íñiguez Rodríguez, de 24 años. Tenía varios impactos de bala. Las autoridades ligaron su muerte con el enfrentamiento de Arandas.

La Resistencia se formó a raíz del arresto, el 28 de octubre de 2009 en el municipio de Tlajomulco, de Orlando Nava Valencia, El Lobo, líder del cártel del Milenio. Tras la captura de su líder, la organización se escindió y surgieron Los Torcidos y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), este último comandado por Nemesio Oceguera Cervantes, El Mencho, quien se alió con el cártel de Sinaloa. Los Torcidos, a su vez, se acercaron a La Familia Michoacana y a un grupo que se separó del cártel de Sinaloa (Proceso Jalisco 324).

En Arandas, famoso por su tequila, están asentadas 20 de las firmas productoras más...

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