Doble confinamiento en los reclusorios capitalinos

AutorSara Pantoja

De ese total, 75 quejas fueron interpuestas en la Segunda Visitaduría de la comisión por personas privadas de su libertad, es decir, quienes están recluidas en los 13 centros de readaptación social varoniles y femeniles de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario, dirigido por Antonio Hazael Ruiz, y dependiente de la Secretaría de Gobierno de la CDMX, ahora bajo el mando de José Alfonso Suárez del Real.

En entrevista con Proceso, la presidenta de la CDHCM, Nashieli Ramírez Hernández, explica que, entre marzo y n mayo pasados, el mayor número de quejas las recibieron del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, el más poblado del Sistema, con sus poco más de 8 mil 500 § internos, de los 26 mil que hay en total. En tanto, para junio y julio las quejas se concentraron en el Reclusorio Preventivo Varonil Sur, que resguarda a poco más de 4 mil 200 reos.

Estas últimas fechas coinciden con la decisión del gobierno capitalino, en acuerdo con el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, de enviar a ese centro, en Xochimilco, a todas las personas de nuevo ingreso como medida de control legal y sanitario y para llevar una mejor organización en la aplicación de pruebas por coronavirus, así como el aislamiento obligatorio de 14 días para evitar contagios entre internos.

Al lado de ese reclusorio se encuentra el Hospital General Torre Médica Tepepan, donde se atiende por diversos problemas de salud a la mayoría de las personas privadas de la libertad y ahora también las que presentan síntomas de coronavirus.

De la población interna femenil, la CD-HCM no había recibido quejas al principio de la pandemia, pero en julio comenzaron a llegar desde el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha, donde están internas alrededor de mil 200 mujeres.

A unos meses de la declaración de la pandemia, la prensa difundió quejas de familiares de internos porque no podían pasar a verlos a causa de restricciones sanitarias, como la reducción de hasta 75% de las visitas. También alegaban que estaban incomunicados durante el periodo de aislamiento.

Desde adentro también surgieron voces que acusaban falta de limpieza en algunas áreas de confinamiento; además de que personal de seguridad, identificados como "estafetas", no portaban bien los cu-brebocas y emitían gotas de saliva a la hora de llamarlos por su nombre y en voz alta. Incluso se reportaron casos de custodios que acusaban falta de equipo de protección sanitaria o que, pese a tener síntomas de la...

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