Doble rasero de la Sedena para los atletas

AutorRaúl Ochoa

Las secretarías de la Defensa Nacional (Sedeña) y de Marina (Semar) han presumido a los medallistas olímpicos como de su propia hechura, pero en realidad se limitan a contratar a deportistas de alto rendimiento y darles las prestaciones que marca la ley.

A cambio, los atletas militares y marinos se comprometen a hablar bien de las Fuerzas Armadas de México (FAM), portar con orgullo el uniforme, mencionar que forman parte de estas instituciones y presentarse a los actos públicos en que sean requeridos, sin importar que carezcan de formación militar.

En contraparte, el Ejército marginó y persiguió a por lo menos dos atletas de alto rendimiento forjados en sus propias filas.

A Éder Sánchez Terán , marchista de sobrada experiencia, primero lo dio de baja de la selección de atletismo del Ejército, luego lo forzó a renunciar, lo llevó a un Consejo de Honor y después le denegó su baja.

Ahora, Sánchez Terán está considerado un desertor, y el panorama no le pinta nada bien, pues no puede acercarse a ninguna instalación de las FAM desde el 27 de enero de 2015 -cuando fue catalogado como desleal al Ejército- ante el riesgo de ser aprehendido. "Es el peligro que corro", admite en entrevista.

Sánchez sirvió a las FAM durante 10 años y cuatro meses. Al momento de su deserción ostentaba el grado de sargento segundo de transmisiones. Proviene de una familia de vocación militar: su padre, 'Víctor Sánchez -ya fallecido y quien fue su entrenador- también estuvo en el Ejército, al igual que sus tíos, entre ellos Joel Sánchez, meda-llista de bronce en 20 kilómetros de caminata en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.

El marchista ingresó a la institución el 1 de septiembre de 2004 como soldado raso y su comandante lo autorizó a entrenarse.

El andarín estuvo en el top ten del rcmking mundial y fue seleccionado por la Subdirec-ción de Educación Física y Deportes de la Sedeña, donde estuvo adscrito los últimos nueve años como atleta de alto rendimiento. "Mi trabajo consistía en cumplir como deportista y dar resultados".

A principios de 2015, sus críticas sobre el mal trabajo del equipo de metodólogos de la Comisión Nacional de Culturas Física y Deporte (Conade) arrojaron sus consecuencias: Éder Sánchez fue citado por el director de Alto Rendimiento de la Conade, Coriolan Traian Lalu. En esos tiempo la comisión era dirigida por Jesús Mena.

Lalu le exigió al marchista prescindir de su entrenadora. Nada menos que su propia madre, Graciela Terán. A cambio de ello, asegura Éder, conservaría su beca de 30 mil pesos mensuales. Tras su negativa -acusa el andarín- el funcionario le redujo la subvención. Pasó a percibir 8 mil pesos y fue catalogado como un atleta rebelde.

Sánchez se había ganado su beca tras obtener el bronce en el Campeonato Mundial de Atletismo Berlín 2009, en 20 kilómetros, pero se quedó con la presea de plata por la descalificación del ruso Valeri Borchin.

De...

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