Duermen hasta a su entrenador

METRO / Redacción

En un encuentro donde lo que más resaltó fue la intervención arbitral, una mujer pitando, los cuadros de Hércules y Asturias brindaron un juego cargado de somníferos y aunque el marcador fue 2-1 a favor de los asturianos los goles no significaron un buen encuentro.

Desde el inicio hubo fallas ya que el equipo Hércules no se completó y tuvieron que pedir refuerzos de otro equipo que ya había terminado su participación para tener a los once en la cancha.

Con este error por fin se dio el silbatazo inicial, Asturias tocó el balón retrasado con temor de ir al frente o con poca capacidad para atacar. De la misma manera, Hércules jugó en su terreno los primeros cinco minutos.

Con los dos equipos encerrados, temerosos de recibir un gol en contra el tiempo pasó lento y ayudado por el calor hasta los pocos aficionados que llegaron a ver el partido se dedicaron mejor a tomar unas cervezas que mitigaron la sed.

Asturias tomó la iniciativa y decidió armar un ataque flaco pero al fin y al cabo intentó hacer algo para hacer algún daño en el área de enfrente, pero sus acciones se vieron siempre cortadas por la gran cantidad de gente que metió Hércules atrás.

Ante la muralla verde, los asturianos cambiaron de plan y ya no trataron de llegar con toques a las bandas y prefirieron intentar los tiros de larga distancia.

Por su parte los del Hércules fueron perdiendo el miedo y se animaron a salir, comenzaron a manejar el balón y se acompañaron al frente demostrando más ganas y actitud, al grado de crear varias jugadas de peligro.

Fue un tiro de esquina por el lado derecho que Rodolfo Fuentes remató de cabeza bombeado para vencer al portero por arriba y decretar la ventaja 1-0.

Asturias despertó con el gol en contra y remó contra la corriente de polvo y sudor, recuperó la media cancha por unos minutos y de inmediato consiguió el empate con un cañonazo de Juan Carlos Montero desde 5 metros fuera del área de penal que dejó perplejo y viendo luces al portero del Hércules, que nada pudo hacer.

Las dos oncenas se conformaron con el 1-1 hasta el final de la primer parte.

El duelo en la parte complementaria fue una repetición de toda la tarde, lentitud y con unos jugadores con pocas ganas de sudar, no se animaron y olvidaron la ley del juego, divertir.

Los desaciertos continuaron hasta que Hércules perdió un balón en media cancha que aprovechó Jesús Farfán para...

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