Presupuesto de Egresos 2014: el típico "agandalle" priista

AutorCarlos Acosta Córdova

La aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2014, efectuada el jueves 14 -un día antes de la fecha límite legal-, significó el regreso del viejo PRI con sus formas y modos habituales y el clásico agandalle a la hora del reparto de los dineros.

El secretario de Hacienda, el priista Luis Videgaray, y su equipo de la Subsecretaría de Egresos ni vieron ni oyeron a los diputados. Ni a la hora de revisar el grueso documento y hacerle mínimas modificaciones ni -mucho menos- a la hora de confeccionar el dictamen del presupuesto, que es prerrogativa exclusiva, por ley, de la Cámara de Diputados.

En los hechos no hubo una negociación real ni aquellos jalóneos rispidos de otros tiempos. Es más, ni siquiera hubo aquellas jornadas, casi festivas, en que gobernadores, presidentes municipales, rectores de universidades, representantes de organizaciones sociales, entre otros, acudían a la Cámara a hacer sus peticiones de recursos.

Esta vez todo lo hizo la Secretaría de Hacienda, la mayor parte del tiempo en sus distintas oficinas o en restaurantes. A ellas acudían principalmente gobernadores, líderes de los partidos y coordinadores parlamentarios; siempre a ver a Luis Videgaray y a su subsecretario de Egresos.

En San Lázaro sólo se armó una carpa, cerrada y bien resguardada, en la parte sur del basamento de la Cámara de Diputados, donde se instaló el equipo de la Subsecretaría de Egresos, al mando de su titular Fernando Galindo, para la elaboración del dictamen del Presupuesto de Egresos.

El salón destinado a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, que inició su sesión permanente dos semanas antes, siempre lució vacío. Sólo se usó la noche del miércoles 13 para "discutir" y aprobar el dictamen... en apenas 20 minutos, como nunca había pasado.

Llegó el dictamen al pleno de la cámara, con más de 80 reservas, pasadas las 10 de la noche. Se consumieron ocho horas de "debate" en el pleno. Sin objeciones que implicaran recursos de impugnación -y en consecuencia, modificaciones y reasignaciones de los mismos-, fue aprobada. El mayoriteo aplastó cualquier propuesta de cambio.

Desvelados, casi dormidos, los diputados -la mayoría no había leído el dictamen ni conocía los artículos reservados- aprobaron el presupuesto pasadas las seis de la mañana del jueves 14. De los 487 diputados presentes, 465 -es decir, 95%- votaron a favor.

Más tarde, en conferencia de prensa, el secretario Videgaray celebraría el hecho con una gran sonrisa.

"Es una estrategia típica del PRI: no dejar que el grueso de diputados tengan tiempo para revisar el dictamen y llevar éste al pleno cuando todos están medio dormidos", dice el doctor en economía Juan Moreno Pérez, asesor parlamentario del PRD desde la administración del presidente Ernesto Zedillo.

Moreno, quien relata todo lo anterior, refiere que esta vez "se vio acotada en extremo, como nunca, la facultad constitucional de la...

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