El Ejército y Peña Nieto: chantaje e impunidad

AutorErubiel Tirado

Atrincherados en el Campo Marte, mandos militares y cúpula política del gobierno de Enrique Peña Nieto celebraron, de modo acotado y sin que fuese una fiesta popular, el aniversario de la Revolución de nuestro país. El evento sirvió para empujar los últimos ascensos de soldados y marinos –7 mil 628– que otorga Peña Nieto como presidente y como parte de la regla no escrita de no injerencia de militares en política. Sin embargo, el evento sirvió de marco para la reiteración del chantaje del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de “otorgar un marco jurídico que dé certeza en el actuar, no sólo de las Fuerzas Armadas, sino de todos los obligados a hacer cumplir la ley y a fortalecer el estado de derecho”. Sin aludir a la iniciativa de seguridad interior, los militares llaman la atención sobre la inoperancia del ámbito legal de las policías sin reconocer que el sector castrense ha deformado la función policial en los tres niveles de gobierno desde hace más de dos décadas. Sin ser eficaces tampoco, y contrariamente a su dicho, han obtenido prerrogativas y privilegios presupuestales y políticos en términos de influencia.

La insistencia de los militares sobre la exigencia de un marco jurídico que ahonda en las confusiones conceptuales que, hoy por hoy, les han permitido actuar de modo ilegal y sin consecuencias de derecho interno, y la posición presidencial de defensa a ultranza de las instituciones castrenses, es parte de una nueva realidad de la relación civil militar mexicana: asegurar la impunidad mutua tanto del presidente, en su calidad de comandante supremo, como de las Fuerzas Armadas, que se miran vulnerables por futuras acusaciones en el marco del derecho penal internacional por violaciones graves de derechos humanos.

El poder civil, entre la simulación y la trampa legal

El sometimiento al poder civil en las jerarquías castrenses actuales es un referente tímido y retórico que de vez en cuando asoma en los discursos castrenses (hgeneral Salvador Cienfuegos, 26 de julio y 20 de noviembre de 2017). Sin embargo, el desarrollo legal a contrapelo de las condenas al Estado mexicano por la justicia internacional que, una y otra vez, tiene a los militares como protagonistas culpables de violaciones graves a los derechos humanos, va de la mano de estrategias institucionales y legales de simulación.

Las jerarquías militares y el presidente Peña Nieto se vieron obligados a modificar el anacrónico Código de Justicia Militar para...

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