Embate contra Slim

AutorRafael Croda

BOGOTÁ.- Carlos Slim libra en Colombia una guerra sin cuartel con epicentro en el Congreso, en la cual sus competidores y amplios sectores políticos buscan desarticular, mediante una regulación más estricta, la "posición monopólica" que tiene Claro -la filial colombiana de América Móvil- en el mercado de las telecomunicaciones de este país, donde cuenta con 77.9% del tráfico de llamadas celulares, lo cual incluye a sus sus-criptores (61.34%).

"Aquí hay que actuar porque nosotros no estamos dispuestos a que nos pase lo que le pasa hoy a México", dijo el legislador del gobernante Partido Conservador David Barguil en la sesión plenaria de la Cámara de Representantes (diputados) el pasado 24 de agosto, al referirse al "monopolio de las telecomunicaciones que tiene el señor Slim" en su país natal.

Ese día Diego Molano, titular del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Mintic) compareció ante los congresistas, varios de los cuales solicitaron poner límites al dominio de Claro sobre ese sector estratégico y evitar que la empresa de Slim participe en la subasta del espectro radioeléctrico de la telefonía de cuarta generación (4G) que el gobierno colombiano planeaba realizar a finales de este año pero que, en medio de la polémica, se aplazará para 2013.

Los competidores de Slim buscan a toda costa que Claro sea marginada o tenga una participación restringida en ese proceso en el que se definirá el futuro de las telecomunicaciones, porque la tecnología 4G posibilita la masificación de la banda ancha móvil y desde luego hay muchos intereses en juego, además de los del empresario mexicano, para quien Colombia representa la tercera fuente de ingresos de su holding América Móvil, luego de México y Brasil.

Frentes de batalla

Claro es el primer actor del mercado colombiano de la telefonía celular. Cuenta con 61.34% del total de suscriptores. Muy lejos queda su competidora más cercana, la española Movistar con 25.81% de suscriptores de ese servicio, seguida de Tigo, propiedad de la europea Millicom International, con 12.68%, y de la colombiana Une, con apenas 0.17%, según cifras oficiales al segundo trimestre de este año. Todas esas empresas son jugadoras de peso y han hecho lobby por su causa.

En este entorno de crispación político-empresarial que tiene a Slim en el centro de la controversia, Claro es además la destinataria de una iniciativa de Ley Antimonopolio promovida por senadores y diputados de todos los partidos políticos y la cual busca que ninguna empresa tenga más de 30% del mercado de las telecomunicaciones.

El senador del opositor Polo Democrático Alternativo (PDA) Jorge Enrique Robledo, principal impulsor de la iniciativa junto con su colega del Partido Conservador Juan Mario Laserna, dijo a Proceso que "la experiencia de México es referente para nosotros por el cuasimonopolio que tiene Slim allá, pero me temo que la situación en Colombia puede terminar siendo peor, porque en México no le han permitido entrar al negocio de la televisión y aquí sí tiene una porción muy grande de la televisión por cable (46.23% de suscriptores)".

Pero ahí no terminan los...

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