El emisario

AutorJorge Carrasco Araizaga

Rebasado por las disputas entre los cárteles del narcotráfico, el gobierno de Felipe Calderón los buscó para pedirles que disminuyeran la violencia; su emisario fue el general retirado Mario Arturo Acosta Chaparro, en su condición de asesor del gobierno calderonista en materia de inteligencia.

Entre 2008 y 2009, el militar experto en operaciones encubiertas se reunió con los jefes de La Familia Michoacana, Los Zetas, la organización de los Beltrán Leyva, el cártel de Juárez y el cártel de Sinaloa.

Esos movimientos fueron detectados por los servicios de inteligencia de Estados Unidos en México. Incluso, las autoridades de ese país tienen un video de la reunión del emisario del gobierno de Calderón en Matamoros, Tamaulipas, con el jefe de Los Zetas, Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca.

Acosta Chaparro, de 68 años y quien actualmente convalece de una agresión armada que sufrió cuando comenzaba a investigar el secuestro del panista Diego Fernández de Cevallos, se reunió con los principales líderes de esas organizaciones, incluido Joaquín El Chapo Guzmán.

De esas misiones tuvo conocimiento el secretario de la Defensa Nacional, el general Guillermo Galván Galván, su compañero de generación en el Colegio Militar. El retorno de Acosta Chaparro en el sexenio de Calderón ocurrió luego de que fuera exonerado de los cargos de narcotráfico y crímenes de lesa humanidad, que según las acusaciones cometió durante la llamada guerra sucia en los años sesenta y setenta.

Detalles de los encuentros de Acosta Chaparro entregados a Proceso confirmaron lo publicado por esta revista en su edición 1768, en septiembre pasado, sobre la negociación que el general retirado sostuvo con Jesús Méndez Vargas, El Chango o El Chamula, y Nazario Moreno, El Pastor, El Chayo o El Más Loco, dos de los jefes de La Familia Michoacana.

En esa reunión participaron, asimismo, el entonces fiscal de la Procuraduría General de la República (PGR), Ricardo Cabrera Gutiérrez, y un colaborador del general en retiro identificado como “Estrella”.

Después del encuentro le fueron entregados a la PGR los tres supuestos responsables de haber lanzado dos granadas contra la multitud reunida en el centro histórico de Morelia para festejar el Grito de Independencia, la noche del 15 de septiembre de 2008.

Acosta Chaparro se reportó con el entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño. “Señor, objetivo cumplido”, le dijo cuando ya tenía en el avión a los tres supuestos responsables, quienes fueron torturados para inculparse. De la intervención del militar retirado tuvo conocimiento también la titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), Marisela Morales.

Después de esa entrega, el general Galván le preguntó a Acosta Chaparro sobre la recompensa de 10 millones de pesos ofrecida por la PGR para quien diera información que llevara a la captura de los responsables del que fue el primer atentado contra la población civil relacionado con el narcotráfico. “No me dieron ni las gracias”, contestó Acosta Chaparro al general secretario.

La segunda...

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