La encadenaban

MÉXICO, DF.- Una joven tamaulipeca fue encadenada durante dos años en una casa de la delegación Tlalpan, en donde la obligaban a hacer trabajos forzados de un negocio de planchaduría y a realizar quehaceres, sin ningún pago.

Su cuerpo presenta un alto grado de anemia por falta de alimento y según doctores que la atendieron, sus órganos tienen el aspecto de una persona de 80 años, explicó Juana Camila Bautista, Fiscal contra la trata de personas de la Procuraduría capitalina, en conferencia de prensa.

El cuello y cintura de la joven de 22 años, tienen las marcas de la cadena con que era retenida a una mesa de fierro, durante más de 12 horas seguidas.

Su espalda, cabeza y manos muestran al menos 60 lesiones provocadas por los golpes y quemaduras que cinco integrantes de una familia le hicieron, luego de convencerla para que se quedara a trabajar con ellos. La dueña, Leticia Molina, le ofreció quedarse.

La chica llegó a la calle Izamal, Manzana 134, Lote 22, Colonia Lomas de Padierna para solicitar empleo, tiene fachada de casa particular pero es una planchaduría. Seis años atrás, aún siendo menor de edad, la joven ya había trabajado ahí junto a su mamá.

La joven no tenía casa, su mamá se había quedado en Reynosa Tamaulipas, a donde ambas se habían ido a vivir cuando dejaron de trabajar con Molina.

Su familia denunció su desaparición en CAPEA, pero los tratantes avisaron a la mamá que su hija viviría con ellos. La joven logró escaparse de la casa cuando uno de sus victimarios no le puso bien la cadena.

La hermana de Leticia, Fany, y sus hijas, Ivette y Janette Hernández Molina, la golpeaban, obligaban a trabajar y...

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