Encauzar la polarización

AutorAgustín Basave

Sí y no. Tienen razón en el sentido de que hay dos Méxicos y de que no fue AMLO quien los creó, pero la cuestión es otra: ¿qué hacer ante semejante iniquidad? ¿Ocultarla o disfrazarla (como hacía el régimen del partido hegemónico, por cierto desde antes de 1982), agudizar las contradicciones (como se promueve desde una vertiente de la 4T) o reconocerla y, sin apelar al odio, crear conciencia en los mexicanos del imperativo de contrarrestarla (como haría una cuarta social-democracia)? La diatriba nuestra de cada día contra "los conservadores" (el cajón de sastre conceptual donde AMLO mete a empellones todo aquel que discrepa de él) implica optar por la segunda y no por la tercera vía. El problema es que al presidente parece moverlo una lógica cortoplacista que soslaya el hecho de que cuando el universo se divide tajantemente entre ángeles y demonios no hay conciliación: hay guerra.

Atizar la lucha de clases puede ser el objetivo de algunos dirigentes de la 4T, pero el de AMLO es menos epopéyico: ganar las elecciones. Él sabe que debe movilizar a su voto duro y que sin su discurso radical, polarizador, lo desmovilizaría. Adoptar un tono conciliador le haría perder parte de su base social y con ella el mando de Morena y aliados. En esta coyuntura está más cerca del populismo que del marxismo: si actuara como estadista y gobernara para todos, sin pugnas innecesarias, debilitaría su capacidad de fijar la agenda electoral y mantenerse en el poder. Por eso, de cara a 2021, AMLO no sólo continuará sino que reforzará su narrativa binaria y beligerante. Impedir que le arrebaten el control en la Cámara de Diputados (y del presupuesto) y ganar dominio territorial con varias gubernatu-ras son, en ese orden, sus prioridades. Se acerca la gran batalla y cada día sonarán con más fuerza los tambores.

En este contexto se inscribe la alianza opositora. Reitero lo que dije aquí: lejos de desear la coalición de sus contrincantes para imprimir su visión maniquea en el electorado (sus partidarios ya la tienen tatuada y hay muy pocos indecisos), AMLO la teme, y sus catilinarias pretenden crear anticuerpos al aliancismo, particularmente entre los panistas (cotéjese el lenguaje verbal de AMLO, cuando se dice feliz de que se hayan aliado en su contra, con su lenguaje corporal de molestia y preocupación). Yo me pronuncié a favor de una coalición, pero la que sugerí excluía a "partidos de falsa oposición que se mueven sibilinamente en la órbita presidencial" ("El...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR