Encerrados a piedra y lodo, los pueblos libres de covid-19

AutorPedro Matías

OAXACA, OAX.- "¡A ver, a ver...! ¿Cómo está eso de que no quieres usar cubrebocas y pones en riesgo al pueblo? ¿Cuándo se ha visto que alguien prefiera traer la muerte a la comunidad? Entonces, más vale pecar de exagerado que morir en el camino", se le dijo a una persona en la asamblea comunitaria de Talea de Castro, Oaxaca, lugar donde se decidió instalar retenes, filtros sanitarios, imponer multas a quienes violen el acuerdo, restringir permisos e impedir la visita de amigos y familiares procedentes de la capital oaxaqueña, de la Ciudad de México o de Estados Unidos.

Talea de Castro es un pueblo zapoteco en la Sierra de Juárez. Es uno de los 102 municipios del país libres de covid-19, de los cuales 82 están en Oaxaca.

Aunque siempre hay rebeldes que no creen en la pandemia, mediante multas se les obliga a usar cubrebocas, o los "necios" se encierran en sus casas antes de las nueve de la noche, comenta doña Elia Martínez, de 76 años. Esta mujer dice que la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 "es algo que nunca había visto".

A un año de la emergencia sanitaria detonada por el nuevo coronavirus que ha golpeado a familias enteras en México, doña Elia comenta vía telefónica que el miedo está latente en su pueblo.

Gracias a Dios, aquí todavía no hay covid. El año pasado estaba más guardada, pero ya no podía estar encerrada y este año empecé a salir, a ir al terrenito y hacer algo como sembrar verdura o maíz para entretenerme. Y como hay hierba me puse a rozar la maleza con el machete.

También dice que prefiere estar en su comunidad que ir a la capital del estado, donde viven sus hijos. Incluso, para no viajar a la ciudad intentó ocultar a su familia un malestar que la aquejaba.

"En diciembre me sentí mal, pero no le dije a mis hijos. Como no mejoraba tuve que acudir con la autoridad del pueblo y me dejó salir a la ciudad de Oaxaca; me dio tres o cuatro días de permiso para ir al médico. Fui y luego, luego regresé a mi casa, porque aquí estoy a gusto."

Recuerda que la comunidad donde vive se enteró de la pandemia mediante el perifoneo. "A través de un aparato de sonido nos comenzaron a prohibir que saliéramos del pueblo y nos recomendaron quedarnos en casa; muchos no entendían, salían, iban y venían, pero el filtro nos ha ayudado bastante".

El filtro sanitario ha sido tan efectivo que una vez doña Elia no pudo recibir a uno de sus familiares. Su hijo Josué Villanueva Martínez cuenta que en junio último no lo dejaron pasar al pueblo, por...

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