El encuentro con "Proceso"

AutorJorge Sánchez Cordero

En debates propios de finales del siglo XX y en el umbral del XXI se ha polemizado respecto de la forma en que la cultura y el periodismo interactúan. Ambos mantienen un vínculo simbiótico: el segundo tiene una clara influencia en la cultura, como ésta sobre aquel. Las aproximaciones encuentran su origen en dos polos: uno enfatiza su función en la creación cultural y constituye un vehículo natural para el tránsito de valores culturales, y su planteamiento discurre tanto en términos normativos como en fundamentos empíricos; el otro examina el papel de la cultura en la práctica periodística y en la creación de la memoria pública.

Los ensayos en materia de cultura, en criterio de quien esto escribe, deben intentar explicar la flora y fauna de las imágenes, de los símbolos y de los mensajes culturales, y proveerlos de un sentido. Con las limitaciones propias del espacio periodístico, buscan ofrecerle al lector nuevas perspectivas; son instrumentos de interpretación y aspiran a ser una confluencia de vectores en los que se destaquen las imposiciones culturales de los grupos hegemó-nicos de nuestra sociedad.

En una sociedad tan heterogénea como la mexicana, es obligado hacer énfasis en las relaciones de dominación y de subordinación cultural. Mis ensayos intentan subrayar la manera en que los grupos y comunidades culturales resisten las distintas formas de dominación e imposición de identidades. Por ello, los ensayos deben desplegar análisis que introduzcan exposiciones interpretativas y metodológicas, todas desde una óptica eminentemente crítica.

Se parte de la convicción de que los ensayos son vehículos que permiten examinar los fenómenos culturales desde diferentes perspectivas para contribuir al cultivo de una visión apreciativa y comprensible de los mismos. Los ensayos de cultura, entre otros muchos, están imbuidos en los conflictos sociales de nuestra sociedad.

El inicio

Mis primicias en Proceso son tributarias de Julio Scherer García. Fue Jorge Barrera Graf, en la época Secretario del Consejo de Administración de CISA, empresa editora del semanario, quien propició el encuentro. Con don Jorge, hombre probo y de una integridad excepcional, me unía una amistad muy sólida. Scherer García y el maestro Heberto Castillo, muy próximo a Barrera Graf, requerían de servicios notariales y me hicieron extensiva la confianza que le prodigaban a don Jorge.

La conversación con don Julio fluía en forma natural. En los intercambios de criterios, le narré...

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