Entra en acción, sin éxito, la maquinaria corporativa del PRI

AutorJosé Gil Olmos

La mañana del pasado jueves 12 en Ixtapaluca, Estado de México, el líder de Antorcha Campesina, Aquiles Córdova, encendió los ánimos de más 20 mil de sus seguidores que recibieron la orden de apoyar a José Antonio Meade. Pero los gritos, porras y tamborazos que retumbaron bajo la gigantesca carpa para recibir al candidato presidencial de la coalición Todos por México duraron poco: el discurso plano y sin matices -aunque leído a gritos por el cinco veces secretario de Estado- apagó el fuego y al final los aplausos sonaron a puro protocolo.

Al cabo de una centena de actos en todo el país, a partir de la precampaña iniciada el 12 de diciembre en San Juan Cha-mula, Chiapas, la estrategia del equipo de Meade no ha funcionado del todo.

Sin rival en la contienda interna, Meade empezó su campaña de reconocimiento y proselitismo con una estrategia: primero darse a conocer entre los priis-tas con aquella idea de "háganme suyo", luego afirmarse como candidato oficial a partir de enero, para después del 31 de marzo darle la pelea a Andrés Manuel López Obrador en busca del primer lugar, en el entendido de que habría dejado atrás a Ricardo Anaya.

Pero a 10 días del arranque oficial de la campaña la estrategia mostró fallas. Mea-de sigue en tercer sitio en las encuestas, detrás de Anaya -pese a las acusaciones en su contra por el lavado de 54 millones de pesos-, y tampoco ha impactado su campaña negativa contra López Obrador a quien, como lo hiciera Felipe Calderón en 2016, califica de un factor de riesgo para la estabilidad del país.

De ahí que el PRI y sus aliados -como el sindicato petrolero o Antorcha Campesina, que tiene 800 mil agremiados en todo el país- comenzaron a trabajar con las viejas prácticas: coaccionar el voto y mostrar la fuerza de su estructura territorial, con la movilización de miles de simpatizantes para darle fuerza al candidato presidencial.

En el caso de los petroleros, por ejemplo, José del Pilar Hernández, dirigente de la sección 44 del sindicato, en Tabasco, ya les exige a cada uno de sus agremiados los datos personales de 10 personas, sean amigos o familiares, para que voten por Meade.

Dichos datos incluyen copia de la credencial de elector, teléfono, fecha de nacimiento, género y correo electrónico. "Si no lo entregan, no les darán ascensos, permisos o licencias", denuncia un trabajador que pidió al reportero no revelar su identidad, para evitar represalias.

El Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana tiene 94 mil miembros...

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