Entregas en caliente / Cortar de tajo

A Paco Jones le encanta la flexibilidad de la Jicarita. Le encanta que, tras cabalgarlo un buen rato, con las manos de él apretando sus caderas, ella se haya echado hacia atrás. Paco se contorsionó un poco para permitir que ella le pasara una pierna por abajo. Son pocas las parejas que pueden practicar la posición de la doble tijera. El reto no sólo es ensartarse sino encontrar el apoyo suficiente para que el miembro no se salga de su guarida. Por fortuna, Paco lo tiene bastante largo y la Jicarita se encontró con que la cama tenía una estructura sólida de la que se agarró duro para empujar. Así que terminaron juntos, tras varias horas de estar cambiando de posiciones. Con la excitación vencida a fuerza de esa posición que apenas les permitía tocar los pies del otro, pero ver cómo, fuera de su alcance, unas piernas, unas nalgas, unas tetas y una boca hacían un esfuerzo tremendo para conseguir ese último orgasmo.

Paco Jones se queda solo, pensando. Si bien follar con la Jicarita es una maravilla, hay algo que no le gusta. Está ahí, en un túnel debajo de la frontera, para ayudar a repoblar Estados Unidos. El plan de la Iguana no parece malo: mientras más habitantes de las minorías haya en ese país, menos probable será que continúe el racismo. El problema es que Paco Jones, hasta estas alturas de su vida, no había pensado en su descendencia. Y eso lo aterroriza. Ha regado esperma por medio mundo. ¿Cuántos niños que llevan su sangre hay ahora mismo en el planeta?

Paco Jones toma una decisión radical. Camina hasta San Diego y entra en una clínica de vasectomías. No tiene idea de cuántos hijos ha engendrado, pero está seguro de que, por suculenta que sea la mujer que tenga sobre sus piernas, con su miembro dentro de ella, bastará con pensar...

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