Entregas en caliente / Escapando de la civilización

Paco Jones y Nubia, la hermosa bailarina colombiana con la que acaba de naufragar, están por demás sorprendidos. Primero, por la forma en que sus cuerpos se han amoldado para follar. Segundo, por seguir vivos luego del ataque de los piratas, de la tormenta en medio del océano, del choque de la lancha contra la isla. Tercero, por la voz del hombre contrahecho y medio deforme quien, acompañado de una mujer nada agraciada, acaba de darles la bienvenida a su isla.

-Tenemos agua y comida, vengan -continúa la mujer con la bienvenida del hombre.

En ese momento, Paco y Nubia se dan cuenta de lo mucho que llevan sin probar bocado. El hambre y la sed se les activan de golpe. Basta verlos para darse cuenta de que es algo que necesitan con urgencia. Sus labios están partidos, los ojos resecos y rojizos. Por eso acceden a seguir a la pareja.

Mientras devoran una comida repleta de pescado y verduras, el hombre les pregunta cómo llegaron ahí. Nubia les cuenta lo sucedido en la última semana. El hombre y la mujer ríen al imaginar a Paco siendo acosado por un marinero urgido de sexo o al visualizarlo bailando sin ritmo. Cuando Nubia termina su relato, hace la pregunta obligada:

-¿Y ustedes? ¿Qué hacen aquí?

La respuesta es tan triste como esperanzadora. No hace falta ser un genio para descubrir que ellos dos son muy poco agraciados. Eso lo supieron desde niños y lo confirmaron de adolescentes: nadie se acercaba a ellos. Estudiaron juntos en la universidad, pero pronto descubrieron el rechazo de sus compañeros. Para colmo o para su fortuna, terminaron enamorándose. Jerry era un hombre tierno y Jenny una mujer divertida. Podían pasar horas juntos, sin aburrirse. El problema es que la...

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