Entregas en caliente / Intercambio de información

Rebeca y Natasha dormían desnudas en la playa mientras Ricky las miraba a la distancia. De pronto, llegó un muchacho con gruesas gafas de pasta y una sudadera sin chiste. Traía una tableta electrónica. Buscó alrededor hasta dar con ellas. Mientras las veía quiso masturbarse, pero el sueño ligero de Rebeca lo sorprendió. Ricky comprendió que no representaba ningún peligro. Por eso se interpuso entre el enojo de Rebeca y el muchacho. Eso sí, no iba a evitar el interrogatorio.

-Así que nos encontraste con los mapas de tu tableta electrónica -dice Rebeca con incredulidad.

El chico asiente. Toma su tableta. Les muestra la pantalla. Se puede ver con claridad cómo destellan cuatro puntos en ella. Uno rojo, tres azules. El propio chico es el azul.

-¿Cómo te llamas? -pregunta Ricky, para calmar más los ánimos.

-Shaggi.

-Lo que no me queda claro -interviene Natasha-, es cómo nos localizaste. Hay más de seis mil millones de personas en este planeta. Ni modo que andes viendo dónde encuentras mujeres desnudas.

Shaggi se ruboriza de inmediato. No sólo por la alusión sino porque, en efecto, Rebeca y Natasha siguen encueradas. Y se ven preciosas, con la luz del atardecer pegando sobre sus espaldas.

Tartamudea un poco. Acepta que Natasha tiene razón. De hecho, él no suele andar buscando mujeres desnudas. Bueno, sí, lo hace un poco. Él es un hacker, busca encontrar fallas en la seguridad de las agencias del gobierno o en las empresas trasnacionales. En ésas andaba cuando vio que se incrementaba la cantidad de transmisiones en esa parte del mundo. Algo muy inusual. Supuso que se trataba de algún negocio turbio. Así que dirigió las cámaras de un satélite hasta la isla. Cuando vio que Natasha y Rebeca follaban con Ricky y entre ellas, quiso...

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