Entregas en caliente / Por todos lados

Paco no ha podido olvidar a Rebeca. La ve por todos lados. La ve cuando sale a tirar la basura y la vecina que carga los botes mueve la cabeza como ella; se la encuentra cuando compra las tortillas y la de adelante en la cola tiene un aroma igualito a Rebeca; se topa con ella cuando entra al Metro y la chica que sale subiendo las escaleras tiene un escote que deja ver unas tetas hermosas bambolearse de arriba abajo como alguna vez vio las de Rebeca; la escucha cuando camina por la calle y una mujer le grita a su familia que ya está lista la comida con una voz tan parecida a la de su ex jefa que lo hace pudrirse de nostalgia.

Ahora, la mira cuando va en su motoneta a hacer una entrega y la chica que atraviesa la calle, ignorando al mensajero, camina dando pequeños pasos, sacando el pecho, moviendo la cadera de un lado a otro, con las nalgas paradas como Rebeca.

Jones está tan embobado con el encuentro que tiene que frenar bruscamente para no atropellarla. Ella pega un brinco para atrás y asustada sonríe apenada y agradecida. Hasta entonces se percata que se le echó encima sin darse cuenta; que ella es culpable de que ahora el mensajero derrape la moto y barra el pavimento con su propio cuerpo. Afortunadamente, Jones trae el casco puesto, pero eso no evita que se raspe el brazo, la pierna y todo el costado.

El calor del pavimento le recuerda que está vivo porque le quema la mano, entonces se levanta para que no lo atropellen, pero sobre todo se incorpora para buscar a Rebeca. Está desorientado, no sabe para dónde moverse. Se topa con que el pedal y el volante de la moto están doblados.

Marcia llega corriendo. Paco la espera con una gran sonrisa, se ha olvidado de los golpes, de la moto y de sus heridas. Nada le importa con tal de abrazar nuevamente a Rebeca.

-¿Estás...

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