Una entrevista de la que Al-Sisi se arrepintió

AutorTémoris Grecko

A pesar de que el presidente estadunidense Donald Trump salió en su ayuda, el general Abdel Fatá Al-Sisi, que ostenta el poder en Egipto desde el golpe de Estado de 2013, no pudo evitar que la cadena CBS transmitiera, el pasado 6 de enero, una entrevista en la que dijo más, mucho más de lo que quisiera haber dicho.

Más que revelar datos confirmó algunos hechos, como la colaboración militar de su gobierno con Israel, y negó otros de sobra conocidos, como el encarcelamiento masivo de opositores y las matanzas cometidas bajo sus órdenes.

Hasta ahora, ser uno de los favoritos de Trump en Medio Oriente le había permitido reducir el número e impacto de las críticas. Ha gozado de dos años en los que el mundo ha mirado pocas veces y con escasa atención hacia sus sistemáticos abusos de derechos humanos, a su falsificación de una democracia y a sus alianzas en política exterior.

Y tiene pleno control de la política egipcia: el martes 5, partidos que representan dos tercios del Parlamento anunciaron su apoyo a una reforma (que se votará el domingo 17) que le abrirá a Al-Sisi la posibilidad de reelegirse y permanecer en la Presidencia hasta 2034, ampliando sus facultades para dominar al Poder Judicial.

Pero la entrevista con CBS, como intento de ganar visibilidad ante la opinión pública de Estados Unidos y las potencias occidentales -trataba de aprovechar la cobertura política que le da Trump-, fue un tiro por la culata que volvió a poner a debate los temas de los que menos quiere hablar.

Alianza secreta

Trump ha definido a Al-Sisi como un "tipo fantástico". De nuevo lo elogió la mañana del 6 de enero en un tuit en el que el mandatario estadunidense dijo estar "muy emocionado por la inauguración de la mayor catedral en Medio Oriente. ¡El presidente Al-Sisi está llevando a Egipto a un futuro más incluyente!".

El gesto le venía bien al militar egipcio, por lo que se venía sobre él: tras conceder una entrevista al popular programa 60 Minutes, de la cadena CBS, se había arrepentido de ello y su embajada había pedido formalmente que no se transmitiera. Pero el canal la pondría al aire esa misma tarde.

Las dudas de los observadores no tienen que ver con las intenciones del gobierno egipcio: Al-Sisi no ha logrado que en el extranjero se hable bien de él, sólo que se hable poco, y sintió que el protagonismo de Trump y su aplomo al tratar de imponer una verdad a su modo, calificando todo lo demás como "fake news", le abría la oportunidad para proyectar su versión de la realidad y ganar presencia.

"Entendimos que él quería estar en el escenario mundial", explicó Rachel More-house, productora del programa. "Quería ser una figura ahí...

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